RELATOS DE VIDA

Ya era muy tarde para iniciar el día, el reloj marcaba alrededor de las 11:30. La noche había estado larga, y no precisamente por una parranda, sino por la tradicional noche de películas, fueron cerca de tres cintas las que se disfrutaron, eso sí, acompañadas de comida, entre chatarra, tortas, leche y agua.
Esa fue la razón de que los tres integrantes de la familia despertarán casi al medio día, y se retrasaran en los horarios que previamente fueran diseñados para el sábado, en donde se incluía levantarse temprano y desayunar, además de actividades propias de limpieza.
Se dieron prisa para preparar el desayuno. La madre picó un poco de papaya para cada uno, en tanto calentaba leche y agua para el café matutino; y al mismo tiempo daba la instrucción a los pequeños de preparar unos sándwiches.
La niña preparó el suyo de queso panela, y el niño alistaba los insumos para el suyo: de jamón, cuando la mamá les mencionó: – Yo quiero dos –. La niña le contestó: –yo te hago uno, que mi hermano te prepare el otro.
Responde la madre: –me parece justo, mi sándwich tiene que ser de jamón con queso, así que apúrense para que cada quien me haga uno–. Sin embargo el pequeño no estaba muy contento con la indicación.
-¿Por qué no te comes sólo uno? – preguntó–. Pues porque quiero dos, y como tengo dos hijos, me gustaría que cada uno me prepare uno, me parece que es lógico y también justo–. Explicó la madre.
-Pero mi hermana es más grande, es lógico que ella te prepare los dos, yo estoy más chiquito–, refutó el niño–. Pues como soy tu madre, me parece lógico que yo dé la orden y tú obedezcas, así es esto.
-Pues a mi se me hace más lógico que sólo comas uno para que no engordes–, argumentó el pequeño–. Me parece muy bien, y como se trata de lógica, para mí es muy lógico que quedes castigado, así que el día de hoy tienes prohibido comer alguna golosina o chatarra, ver televisión o jugar, es cuestión de lógica…