
EFE.- Líder en la carrera de las vacunas contra la covid-19 en Latinoamérica, Cuba sufre una preocupante escasez de medicinas. Las despensas en farmacias y hospitales están prácticamente vacías y la población es más vulnerable que nunca frente a enfermedades como la diabetes, la artritis o la sarna.
Con una eficacia del 92,2% en tres dosis según las autoridades sanitarias locales, la vacuna cubano Abdala se acerca al nivel de las vacunas de Pfizer y Moderna y supera a Astrazeneca o Sputnik V. Una vez homologadas, Abdala y Soberana 02 previsiblemente serán las primeras desarrolladas en América Latina.
La avanzada industria biotecnológica de Cuba y su relativo éxito en la lucha contra el coronavirus (menos de 1.300 muertos en total, decenas de miles de PCR diarios, aislamiento de contagios) contrastan con la situación de la salud pública en el país: quienes caen enfermos carecen de medicamentos para curarse.
“Simplemente, no hay”, indica a Efe un joven médico de un consultorio del municipio de Playa en La Habana.