PEDAZOS DE VIDA
Sus caminos eran diferentes pero ¿Quién dice que no podrían tener una vida en común? Le gustaba hacer lo que los demás decían era imposible, en tres días estuvo ahí, esperando la llegada de la tercera noche en que todo, absolutamente todo pasó. Sus caminos eran diferentes pero eso era lo que hacía que surgiera la magia de lo que se tiene sin tener y de lo que se quiere, aunque sólo así pudiera ser, a la distancia.
“Cuando se quiere se puede’’, dicen que el verdadero amor afrontaría todas las circunstancias, y yo ingenuamente me creí el cuento, pensé que en verdad nada pasaría, que todo estaría bien, ¿Por qué fregados me dijiste eso y luego callas? Enmudeces, ya no sé si quiero una explicación, ya no sé qué hacer, lo único que sé, es que esta vez no fui yo el de la iniciativa.
Lo único que espero, es que cuando vayas al zócalo de la ciudad, nuestra ciudad, tú ciudad, y veas la catedral con su majestuosa fuente, recuerdes donde nos citamos por última vez, donde bebimos café y donde te regalé las lágrimas más sinceras de toda mi vida.
Sólo espero que la vida te otorgue una excelente memoria, para que cuando vayas a los lugares a donde fuimos juntos te caiga la maldición de mi recuerdo, que cuando vuelvas a besar a alguien en aquella banca del parque tus ojos se cierren para mostrarte mi imagen.
Hoy quiero que sepas que se ha roto este puente de negligencia que no pudo sostenerse por los cimientos de la comunicación, que al romperse hemos caído, y aunque pareciera que me he ahogado, no lo creas, sólo he dejado que me creas muerto, sólo he dejado que pienses que estas, son las letras de mi última voluntad, de mi último deseo tatuado en mi tumba lapidada por el olvido, “te deseo una muerte lenta y dolorosa, y que el karma me cobre que con gusto pagaré el precio”.