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Cuando la ropa cae

PEDAZOS DE VIDA

Primero las miraditas, luego el coqueteo, enseguida el juego con el cabello, y las demás señales que indican que algo sucederá entre dos personas: ella bastante guapa, cabello negro al hombro, labial rojo, y ojos muy grandes, sonrisa perfecta; él, en forma, con  porte, cabrón de cabrones, de esos que saben o creen saber lo que tienen, chaparrito, delgado y con labia.

Había sido tan rápido, que no se imaginaba que en un viaje de colectiva de menos de 15 minutos se fuera a encontrar con la mujer con la que ahora estaba a punto de acostarse, después de que le hiciera algunas señales y se pusiera discretamente la mano en medio de las piernas en señal de querer algo, todo había sido dinámico, tras bajar de la colectiva la mujer le hizo una señal, y antes de que el chófer pudiera avanzar gritó (casi sin pensarlo) ¡bajan!

Y se bajó 16 paradas antes, para seguir a la mujer que ya había avanzado una cuadra, la siguió como seguramente un cazador sigue a su presa, sin saber que como diría José José sería paloma queriendo ser gavilán.

La mujer avanzó hasta un zaguán negro, abrió la puerta, se metió y dejó entreabierto, el hombre por su parte, pensó que hasta ahí quedaría el asunto,  siguió creyendo que había cerrado la puerta, pero al pasar enfrente vio que la puerta estaba entrecerrada y por la rendija que había quedado sin cerrar vio como ella lo seguía llamando mientras se desabotonaba la blusa para dejar ver un sostén color morado.

Sin pensar más que en sexo fácil, el hombre entró, cerró la puerta y la escena siguiente fue un beso apasionado que hizo que ambos se metieran a la casa para llegar a la recámara, en donde se apresuraron a quitarse la ropa…

Sin embargo, cuando llegó el turno de los zapatos, además de llevar un calcetín distinto en cada pie, y de que uno de estos estuviera roto por dónde se mostraba una uña podrida y larga, el hedor era insoportable…

Por eso lo mató, por el asco que sintió al ver tremendo hombre con tal defecto, con tal descuido. Y así con los ocho anteriores. Definitivamente la búsqueda de la perfección sería larga.