LIGA MX
• El estadio donde a pesar de no conseguir ningún título de liga vivieron experiencias significativas que enriquecieron su afición
El 5 de enero de 1947 comenzó la historia futbolera del emblemático Estadio Azul; en aquel entonces con un choque internacional entre Veracruz y Racing, de Argentina.
Después de más de 20 años de resguardar emoción en sus gradas, ayer finalizó su historia como recinto de la máquina cementera de Cruz Azul. La Máquina se despidió de su hogar con una victoria 2-0 sobre Monarcas, en un partido de grandes sentimientos para los seguidores celestes, por el adiós de una larga historia.
Aunque el partido ya no representaba una posibilidad de clasificar a la fase final del torneo, los dirigidos por Pedro Caixinha salieron a la cancha con la convicción de pelear durante su último partido en el estadio más añejo de la Ciudad de México.
Parecía que el fantasma de los yerros estaría presente en la despedida del estadio, cuando a pesar de varios intentos celestes el balón pegó un par de ocasiones en el poste. Sin embargo, corría el minuto 10 cuando el argentino Martín Cauteruccio recibió el esférico cerca del área chica y luego de otro impacto al poste, remataría tras el rebote para abrir el marcador.
La intensidad seguía animando desde las gradas, y con ello los jugadores intentaban dar la última alegría a sus fieles seguidores. Fue así que al minuto 38 Ángel Mena recibió el balón de cara al marco abierto, luego de que el mismo Cauteruccio le envío una diagonal ante la salida del arquero.
Tras el final del encuentro, los jugadores celestes se despidieron visiblemente emocionados por el pletórico marco de las porras y el vitoreo los que se reconocía al histórico hogar de la Máquina Celeste, aquel donde a pesar de no conseguir ningún título de liga vivieron experiencias significativas que enriquecieron su afición.