Los protocolos están para saltárselos… siempre y cuando parezcan justificados. Es lo que debió pensar David Johnston, el Gobernador General de Canadá en Londres, al agarrar suavemente el brazo (a la altura del codo) de la reina de Inglaterra —de 91 años de edad— a la salida de un acto conmemorativo en la Casa de Canadá y evitar, de esta forma, un posible tropiezo.
“Soy muy consciente del protocolo y si lo rompí fue para asegurarme de que la reina no resbalara al bajar los escalones”, afirmó. Johnston añadió que creyó apropiado saltarse las normas debido a que la alfombra que cubría los peldaños “estaba un poco escurridiza”. Aunque el sitio web de la Casa Real no establece ningún código de conducta en estos casos, sí reconoce el deseo de mucha gente por guardar las formas tradicionales en unos encuentros en los que no suele haber gestos amistosos entre las partes.