Crisis migratoria en Europa, consecuencia de las guerras y el hambre

NÚMEROS CLAROS

La crisis migratoria nos hace recordar los años setenta y ochenta en América Latina, cuando las dictaduras en América del Sur y en Centro América provocaron la salida de miles de hombres y mujeres

 

Es difícil sustraerse a la crisis migratoria en Europa, algo que se suma como un nuevo rasgo de la crisis actual del capitalismo iniciada en 2008. Esta crisis ha estado precedida de una crisis ecológica que se ha venido agravado con la reducción de los glaciares en los polos del planeta y, como consecuencia, de una crisis alimentaria que fue alertada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 2006.

 

A ello habrá que agregar como nuevos rasgos, la crisis de la deuda en los países desarrollados, incluidos los Estados Unidos donde el endeudamiento supera los 17 billones de dólares; el nuevo expansionismo rusos y el enfrentamiento entre los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Moscú iniciado con la anexión de Crimea; el surgimiento del Estado Islámico y la radicalización de los islamistas en África y Medio Oriente.

 

La crisis migratoria nos hace recordar los años setenta y ochenta en América Latina, cuando las dictaduras en América del Sur y en Centro América provocaron la salida de miles de hombres y mujeres de los países de esas dos subregiones de América, cuya migración se agravó en países como Colombia, Nicaragua, El Salvador y Guatemala con la guerra entre los ejércitos regulares de los gobiernos de esos países y los movimientos guerrilleros.

 

Aún recuerdo como trabajando en Nicaragua a inicios de la revolución, en una zona ganadera cercana a la Costa Atlántica en Nicaragua las cabezas de ganado, caballos, perros y demás animales domésticos deambulaban sin control, asustados y sin dueños buscando que comer. Es evidente que cualquier guerra provoca destrucción, muertes y desequilibrios donde quiera que se produzcan.

 

Cuando estalló la guerra de diferentes facciones contra el gobierno de Siria, cuando esos grupos irregulares fueron apoyados por los Estados Unidos y Europa, cuando posteriormente surgió el Estado Islámico y su guerra contra todos aquellos hombres y mujeres que no profesaran la religión islámica y no se sometieran a sus mandatos, especialmente contra los católicos de Siria e Iraq, era de esperarse que miles de familias buscarían sobrevivir huyendo hacia las ciudades y países más seguros.

 

¿Adónde podrían ir los más de 63 mil habitantes de la pequeña ciudad deKobane, al norte de Siria en la frontera con Turquía, la mayoría de ellos kurdos (90%), después que iniciaran los combates a mediados de 2012 y fuera arrasada en la primera mitad de este año por el Estado Islámico y los bombardeos de la Coalición Internacional en contra de este grupo terrorista? Era previsible que si los habitantes de Kobane no se unieron a las Unidades de Protección Popular (YPG) o a las unidades peshmergas kurdos llegado de Iraq, las familias habrían podido escapar a Turquía.

 

Pero si Turquía viene realizando una casería en contra de la población kurda, la cual constituye el 13% del total de su población y abarca una tercera parte de su territorio (entre 190 mil y 230 mil km²) ¿hacia dónde podrían escapar los kurdos perseguidos por el Estado Islámico y el gobierno turco?: la respuesta no la ha dado Aylan KURDI, el niño kurdo ahogado durante la huida de su familia de Turquía a Grecia. Aylan nos volvió a recordar la tragedia de Kobane y el abandono en que se encuentra su población.

 

Kobane había dejado de ser noticia, la crisis griega nos robó la atención,mientras lentamente los flujos de personas que escapaban de las guerras y del hambre en África y Medio Oriente llegaban a Francia para ira a Inglaterra o se aproximaban a las costas de Grecia e Italia, a las fronteras de Macedonia, Bulgaria, Rumanía, Serbia, Croacia, Hungría y Austria, buscando como llegar hasta Alemania.

 

Más de 120 mil personas, hombres, mujeres, ancianos, jóvenes y niños, familias enteras huyendo de la guerra hoy buscan en Europa un hogar y la posibilidad de rehacer sus vidas, la posibilidad de vivir en paz. Más de 50 mil migrantes llegados desde Grecia, 15 desde Italia y 54 mil desde Hungría reclaman un espacio para rehacer sus vidas, la mayoría de ellos en Alemania. En los próximos dos años se espera que los 28 países de la Unión Europea absorban más de 160 demandadores de asilo.

 

El problema sería menor si los países que dicen luchar contra el Estado Islámico y desean la estabilidad del Medio Oriente, hubieran buscado como poner fin a los conflictos políticos que enfrenta al Gobierno de Siria de BasharHafez al-Asad con sus opositores, en lugar de promover una guerra civil en ese país suministrando armas y recursos financieros para ello. Sí en lugar de realizar bombardeos de las posiciones del Estado Islámico hubieran intervenido con tropas terrestres para erradicar a los integristas y proteger a la población, sus hogares y sus patrimonio.

 

Hoy parece ser muy tarde para todos, para las miles de familias que han abandonado sus hogares, sus pueblo y países, dejando a la deriva su patrimonio, casas, enseres, tierras y animales, para salvar sus vidas. Nadie les preguntó a ellos si estaban de acuerdo con los bombardeos de sus pueblos por la Coalición ¿Deben ahora pedir permiso para ponerse a salvo en los países del norte de Europa que la integran?. Definitivamente no; pero este e un fenómeno más de la crisis actual del capitalismo y ésta parece tenernos deparadas otras sorpresas aún.

 

Es cierto que entre los miles de refugiados por las guerras, también hay refugiados económicos. Pero lo lógico sería, detener la destrucción en Oriente Medio, incluido en Palestina, pues a este movimiento migratorio actual, le puede seguir otro peor, en contra del cual no hay medios eficientes para contenerlo que no sean las decisiones actuales de los gobiernos, el de la emigración hacia los países desarrollados del norte producto del cambio climático y del hambre.

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