SOSPECHOSO DE COMETER DELITOS SEXUALES
La Fiscalía General de la República, de México, dio a conocer el domingo que, en coordinación con elemento de la Policía Federal, se logró el arresto del sacerdote Víquez con fines de extradición internacional
Costa Rica anunció que iniciará trámites para la extradición desde México del sacerdote católico costarricense Mauricio Antonio Víquez Lizano, sospechoso de cometer delitos sexuales contra menores de edad y capturado el domingo en Santo Domingo de San Nicolás de los Garza en la ciudad de Monterrey, Nuevo León.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ), una policía técnica adscrita al Poder Judicial de Costa Rica, informó que “la ubicación del sujeto se realizó mediante una ardua investigación de ingeniería social y otras técnicas muy avanzadas de investigación informática” ejecutada por investigadores de su Sección de Delitos Informáticos.
“En este momento se están realizando las coordinaciones y trámites legales correspondientes para traer al país al requerido”, reportó, al detallar que “para la labor de extradición del sospechoso se contará con la colaboración de la Oficina de Asesoría Técnica y Relaciones Internacionales (OATRI) del Ministerio Público (Fiscalía General) de Costa Rica”.
El proceso será regido por el Tratado de Extradición y Asistencia Jurídica Mutua en Materia Penal firmado por los gobiernos de Costa Rica y México en 1989.
Mientras tanto, la Fiscalía General de la República (FGR), de México, informó el domingo que, en coordinación con la Policía Federal, arrestó al sacerdote Víquez con fines de extradición internacional.
Nacido el 9 de mayo de 1964 (hoy con 55 años) en Costa Rica, Víquez fue detenido “por su probable responsabilidad en la comisión de delitos de abuso sexual, violación calificada y corrupción agravada en contra de un menor de edad”, informó la FGR.
La oficina en Costa Rica de la Policía Internacional (Interpol) emitió el 20 de febrero de 2019 una notificación roja en contra del sacerdote, agregó, al subrayar que “el extraditable es requerido para ser procesado” por el Juzgado Penal del Tercer Circuito Judicial de la capital costarricense, puntualizó.
En una iglesia. En un pormenorizado recuento de los delitos de los que el cura sería supuestamente responsable, la FGR precisó que “los hechos ocurrieron” en julio y septiembre de 2003 cuando un menor ingresó a trabajar en la Iglesia de Patarrá, una comunidad semi rural al sureste de esta ciudad y perteneciente al municipio de Desamparados, uno de los más populosos e importantes de Costa Rica.
En esa iglesia “la persona encargada de pagarle por sus labores de limpieza” al menor fue Víquez, “quien en diferentes ocasiones” lo abordó “con el fin de satisfacer sus deseos sexuales, valiéndose de su condición de vulnerabilidad en razón de su escasa edad, aprovechándose de la relación tanto de poder como de confianza resultante de condición de sacerdote”, relató la FGR.