CORPORATIVISMO POLÍTICO, ¿EL PRINCIPIO DEL FIN?

Conciencia Ciudadana
    •    El poder sobre el ciudadano por parte de la clase política es, pues, la clave, para contar con su voto en toda ocasión que se requiera


En estos días de revoltura política es difícil determinar la filiación política de profesionales de dicha actividad o de ciudadanos comunes y corrientes y aún de quienes ejerciendo actividades sociales o políticas como los periodistas, educadores, líderes sindicales, intelectuales o pastores religiosos intentan ocultarse  tras de sus actividades o representaciones tratando de aparentar no pertenecer a las filas de ningún partido sin conseguir esconder sus filias ni fobias. 
En realidad, todos los integrantes de una sociedad moderna pertenecemos a un partido político o a otro, por la filiación a ellos; aunque no contemos con la credencial correspondiente ni hagamos presencia en los actos propagandísticos o electorales que organizan permanentemente.
Para aclarar nuestra opinión, comenzaremos por definir lo que es un partido político, porque aunque pareciera obvia su esencia, si le rascamos un poco terminamos por comprender que no es tan fácil el asunto y menos en los tiempos que corren en casi todos los países bajo un sistema de partidos políticos. Legalmente, un partido político es una organización ciudadana dedicada a competir con otras semejantes por alcanzar el poder público mediante su participación en las elecciones permitiendo que sus miembros o candidatos alcancen los cargos públicos en competencia, renovando así la legitimidad del sistema político electoral al que pertenece.
Sin embargo, esta definición deja fuera asuntos importantes. Por ejemplo, no dice nada de la ciudadanía que apoya a los partidos políticos, ni para bien ni para mal. Por ejemplo, la intención del presidente AMLO por llevar a consulta ciudadana la permanencia de los gobernantes en el poder, no es algo que actualmente los partidos estén obligados a hacer ni lleven a cabo. En los hechos, una vez que los partidos políticos obtienen las representaciones deseadas, la ciudadanía que los apoyó con su voto deja de tener control sobre los representantes que eligió ni cuenta con un mecanismo semejante al mencionado para ejercer un poder sobre los partidos y aquellos políticos electos con su voto. Luego entonces, los partidos no son organizaciones de ciudadanos, sino de ciertos grupos que cuentan con cierto poder sobre aquellos a los cuales han convencido –de un modo u otro- para otorgarles la representatividad ante el sistema de partidos.
Lo anterior es importante porque permite entender cómo es que los actuales partidos políticos en México (MORENA, PRI, PAN, PT, PANAL, etc.); que presumen de contar con numerosos afiliados y simpatizantes, son en los hechos organizaciones semejantes a una empresa o una congregación religiosa donde existen  dueños, asociados, grupos de poder o líderes que manejan independientemente de los afiliados o los ciudadanos que simpatizan con su partido,  bajo una lógica endógena en la que solo se perciben a sí mismos y a sus iguales como actores políticos en tanto que afiliados o simpatizantes son entendidos solamente como clientelas políticas o “borregos”, como se les llamaba en el antiguo régimen.
El poder sobre el ciudadano por parte de la clase política es, pues, la clave, para contar con su voto en toda ocasión que se requiera, y a ese propósito dedican los políticos profesionales una atención eminente. En nuestro país y nuestro estado, la forma de tenerlo ha sido y sigue siendo (aunque cada vez más debilitado) el manejo de los recursos y servicios públicos que, legal o ilegalmente, siguen utilizando políticamente; de tal manera que el ciudadano común se ve en la necesidad de verles la cara o aceptar las arbitrariedades de autoridades o gestores que le exigen su sumisión política a cambio de salud, educación, trabajo, seguridad laboral o desarrollo profesional y económico.
De esa manera, aunque en apariencia los ciudadanos votan por partidos políticos o candidatos que representan sus intereses, en realidad están cambiando su voto por los servicios que el estado debe otorgarles sin ningún condicionamiento; pero que las mafias políticas controlan y distribuyen según convenga a sus intereses. Así pues, la división social y la antidemocracia se ahondan con el sistema de partidos políticos actual, que no toma en cuenta la determinación de las condiciones contextuales descritas anteriormente como el factor clave de la lucha electoral, mientras que los partidos políticos solo sirve para que dichos grupos peleen entre ellos por el poder político del estado.
En esta situación poco o nada nos dirá que un partido cualquiera gobierne un municipio o un estado, o que sus representantes cuenten con una determinada representación en los Congresos nacionales o estatales, si no observamos con detenimiento a qué grupo de interés alcanzan el poder y que acuerdos o alianzas se dan entre ellos a fin de mantenerse en el juego político; sin importar que hayan llegado por un partido de izquierda como MORENA o uno de derecha como el PAN. Eso está sucediendo en todo el país y lo constatamos en nuestro estado donde, la antigua clase política priísta ha viralizado a todos los partidos, pero especialmente a MORENA cuando éste se vio en la posibilidad de alcanzar el poder, tal y como lo consiguió el año pasado.
Al terminar esta mediatización del poder por las mafias políticas están contribuyendo sin duda alguna los esfuerzos que López Obrador realiza a fin de que  los recursos públicos destinados a los programas sociales lleguen directamente a quienes se destinan, evitando su paso por el filtro de autoridades estatales o municipales o instituciones que hasta ahora habían contado con total impunidad para utilizarlos como medio de negociación y sometimiento de la voluntad ciudadana, la que con esas medidas comenzará, sin lugar a dudas, a liberarse de los diversos cacicazgos políticos que aún la someten para convertirse en el verdadero actor de la vida política nacional. Esperemos que esto se logre cuanto antes.
¡Y RECUERDEN QUE VIVOS SE LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS CON NOSOTROS!

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