Corea del Sur se inclina por el rearme

Ante las amenazas de Corea del Norte

    •    Seúl decide reanudar la instalación del polémico sistema antimisiles estadounidense THAAD y se plantea el despliegue de armas atómicas


El presidente llegó a la Casa Azul surcoreana con la promesa de abrir diálogo con Corea del Norte hasta tal punto que dijo estar dispuesto a reunirse con Kim Jong-un si se cumplieran ciertas condiciones, un cambio radical en comparación con sus inmediatos antecesores. La propuesta del ejecutivo de llevar a cabo conversaciones militares con el Norte con el objetivo de rebajar la tensión ha sido ignorada por Pyongyang
La última prueba nuclear norcoreana está acelerando un viraje importante en Corea del Sur. Temerosa del rápido avance del programa de armamento de su vecino, la nueva administración del progresista Moon Jae-in, que llegó al poder con la voluntad expresa de dialogar con Corea del Norte, empieza a inclinarse por reforzar sus medidas defensivas.
Ayer se conoció que el país completará la instalación del polémico sistema antimisiles THAAD, de fabricación estadounidense, y que se está planteando la posibilidad de que Washington despliegue en la península algunas de sus armas nucleares más avanzadas.
El ministro de Defensa surcoreano, Song Young-moo, explicó ante el parlamento que cada vez son más las voces en el seno del Gobierno que piden a Moon un cambio de su política de acercamiento al Norte, que busca abordar el problema con una combinación de presión económica basada en las sanciones y la apertura de canales de diálogo bilateral.
“Durante la reunión del Consejo de Seguridad Nacional (que se celebró el domingo, poco después de que Kim Jong-un ordenara efectuar la última prueba), las opiniones convergieron en una dirección que refuerzan la disuasión militar y no tanto perseguir el diálogo”, afirmó el ministro.
Corea del Sur empezó a desplegar el THAAD después de que la anterior administración de Park Geun-hye lo acordara con EU a pesar de la fuerte división que generaba en el seno de la sociedad. Cuando Moon llegó a la presidencia, optó por paralizar su instalación para someterlo a un estudio de impacto ambiental. Desde entonces el escudo funcionó de forma parcial, con su potente radar y dos lanzaderas.

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