El presidente Kim Jong-un se vanagloria del “poder nuclear” de Pyongyang y anuncia nuevas pruebas para este año
El líder de Corea del Norte anunció el domingo que el país está ultimando los preparativos para llevar a cabo un ensayo de un misil balístico de alcance intercontinental. No sería la primera vez que realiza una prueba de esta magnitud en caso que decida cumplir este particular propósito de Año Nuevo, pero la declaración evidencia la voluntad del régimen norcoreano de seguir con su programa nuclear, cuyo objetivo final es poder equipar ojivas nucleares en misiles de larga distancia que permitan alcanzar territorio estadounidense.
“Hemos estado activamente involucrados en la investigación y desarrollo de armamento avanzado”, aseguró Kim en su discurso de Año Nuevo, antes de anunciar que los preparativos para la prueba están “en su fase final”. El país ha lanzado anteriormente proyectiles de largo alcance, el último en febrero de 2016, pero para poner en órbita satélites de observación, según Pyongyang. La comunidad internacional los juzga en realidad como pruebas encubiertas de armamento y tras éstas ha aumentado las sanciones económicas sobre el régimen.
Mientras que en discursos de Año Nuevo anteriores Kim Jong-un se había mostrado algo conciliador, en esta ocasión presumió de ser el líder de “un poder militar del este que no puede ser tocado por ni siquiera el enemigo más fuerte” y amenazó con seguir con su programa de desarrollo de armas nucleares, a pesar de la condena unánime del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Durante 2016 el régimen norcoreano ha redoblado su apuesta en este ámbito. Además del lanzamiento del cohete en febrero, realizó dos pruebas nucleares (una en enero, otra en noviembre) que los analistas han calificado de las más potentes hasta el momento.