CONTAR HISTORIAS…

CONTAR HISTORIAS…

ALFIL NEGRO

Conforme pasan los años

y la vida se nos pasa,

guardamos en la memoria

las veredas caminadas,

los bosques que hemos mirado,

los aguaceros que mojan,

las madrugadas vividas,

el amor de nuestra esposa,

la risa de nuestros hijos,

las palabras de los padres,

de los hermanos, cariño,

las calles de nuestros pueblos,

el tono de las campanas,

el dolor de lo perdido,

tantos amigos ya idos

y todo lo que se tiene

cuando se dice “he vivido”.

Y haciendo sumas y restas

ya con los años vividos,

sentimos que lo valioso

es que el reloj de la vida,

nos dice y grita en su paso

que tenemos sobre todo

historias de mil colores,

en blanco, rojo y a veces

en el negro de lo ido,

historias que son la prueba

de lo que hemos caminado.

Y al final nos convertimos

en contadores de historias,

y somos, dicen los sabios,

“memorias de nuestra gente,

de nuestros pueblos y hermanos”.

La historia de nuestras calles

de piedra, las de mi pueblo,

de su capilla pequeña

donde recé con mi madre.

Del sonar de sus campanas

alegres y luego tristes,

de muchos niños jugando,

que ahora ya son hombres.

De su laguna con patos

y pescados de colores,

de sus fiestas pequeñitas

y sus gentes, muchas idas,

la historia de nuestra vida,

la historia de nuestros pueblos.

Contar historias es bueno

y en ellas viene de todo,

luces que nos alegraron

y cirios de llanto y pena.

Y entonces comprendemos

que somos depositarios

de un tesoro de milagro,

la memoria de la vida.

Y en ella caben bodas,

bautizos y graduaciones,

cumpleaños, navidades

y caben también velorios.

Y en este oficio de vida

de ser contador de historias,

siguen aquí en la memoria

Roberto Herrera un artista

de la imagen y las luces,

y el buen Manolo Larrieta

voz que se sigue extrañando,

Lola Michel y Celaya,

lo mismo el Señor Marín,

son nombres que no se borran,

y se sumó no hace mucho

el amigo Salanueva,

y la voz de los deportes

Alejandro como nombre

y Torres como apellido .

Y en este narrar historias

somos testigos de todo,

del deporte y del poder,

de gentes que un día crecieron

y el tiempo los venció,

de sueños de la grandeza,

dueños de todo el poder,

que se aferran al pasado

pero su tiempo pasó .

Y guardamos con cariño

la historia de nuestra vida,

una compañera sabia

que el cielo nos regaló,

y los hijos que el buen Dios

como premio nos mandó,

y agradecemos con gusto

los hermanos siempre fieles,

los amigos y familia

hombro con hombro, en la senda

que el Señor nos diseñó.

Yo soy contador de historias

que se puede traducir,

soy testigo de la vida

y eso me toca contar.

Related posts