RELATOS DE VIDA
Carlos y Ana, son hermanos, se llevan alrededor de seis años, y aunque la diferencia no es mucha, sus peleas por los juguetes, por ocupar un espacio de la casa, por elegir un canal de televisión o una película, si lo son.
Cierto día, que resultaba ser tranquilo por la ausencia de berrinches o pleitos, disfrutaban de un juego de video, se turnaban perfectamente y gozaban de este momento con risas y burlas que eran bien aceptadas.
Incluso la cena también fue de lo más armoniosa, así como el compartir el lavabo para cepillarse los dientes y la elección de la cinta a poner mientras conciliaban el sueño reparador para asistir a clases el día siguiente.
Pasada la medianoche, ambos pequeños ya dormidos, Ana comenzó a gritar dormida – Noooo, Carlos, corre, corre, corre – en el cuarto contiguo su madre escuchó el grito, pero como era habitual que hablara dormida, espero unos minutos más, antes de acudir al llamado.
Sin embargo, la sugerencia de la pequeña hacia su hermano seguía – Corre, no te detengas, corre fuerte y no pares, va detrás de ti, sigue corriendo – la mamá seguía escuchando y se preparaba para levantarse y revisar lo que sucedía.
Carlos ya casi lo logras, corre, corre, ya casi, saltaaaaaa – y al término de la palabra se escuchó un fuerte golpe en la pared y enseguida el llanto del menor – la madre se levantó de su cama rápidamente, prendió la luz de su cuarto, del pasillo y de la habitación de los hermanos.
¿Qué pasó? – preguntó la mamá de los pequeños y se dirigió directamente a la cama de Carlos, quien lloraba fuertemente – Me estaba persiguiendo un león, estaba corriendo, salté y me pegué contra una pared – respondió Carlos angustiado.
La mamá lo abrazó y le explicó que no pasaba nada, que todo había sido un sueño, que tratara de dormir y no se preocupara, ella estaba ahí para cuidarlo, se acostó junto a él y lo acurrucó en su pecho para que se calmara y volviera a dormir.
Al día siguiente, la madre intentó recordar lo que había pasado, los llamados de Ana y el golpe de Carlos en la pared, por la tarde al llegar a casa después del trabajo preguntó a la niña – Amor, ayer estuviste gritando en la noche, le pedías a tu hermano que corriera, qué estabas soñando?
Ana soltó la carcajada y después respondió – soñaba que estábamos en un zoológico y en eso un león se salía de su jaula y comenzaba a perseguir a Carlos, por eso le gritaba que corriera, y al acercarse a una zanja le dije que brincara, él me escuchó, lo hizo y así se salvó.
La mamá no daba razón a lo sucedido, no comprendía cómo estaban conectados en el sueño, sin embargo se alegró que a pesar de las peleas y berrinches, estaban unidos para apoyarse y cuidarse cuando más lo necesitaran, incluso en los mismos sueños.