Una feria con opiniones divididas concluyó ayer en Pachuca, tras 25 días de la fiesta de los hidalguenses hubo algunas mejoras pero también bastante deficiencias que tanto la Operadora de Eventos del Estado de Hidalgo cuyo titular es Marco Antonio Aranzábal Juárez, como la Secretaría de Turismo quedaron a deber a los visitantes en diversos rubros, como: la falta de agua en los sanitarios, el desborde de basura en los contenedores, la mala atención que dieron a los comerciantes de la nave B, los espectáculos, los juegos mecánicos y más.
Tras 25 días de feria las opiniones en torno a esta quedaron divididas entre la población ya que mientras algunos días (de poca gente) fueron de mucho beneficio para los visitantes que pudieron caminar tranquilamente por las instalaciones de la feria, disfrutar de sanitarios limpios y sin falta de agua, así como de buenos lugares en los conciertos en el Teatro del Pueblo, para aquellos que acudieron cuando hubo mucha gente, la feria fue una experiencia no grata.
Este año es la primera ocasión en que los funcionarios de la Secretaría de Turismo que encabeza Elizabeth Quintanar Gómez, junto con la Operadora de Eventos se encargaron por completo de la realización de la feria, ya que no hay que olvidar que en 2022, a pesar de haber estado en funciones, gran parte de la realización de la feria ya estaba presupuestado y negociado por la administración saliente.
No obstante, a pesar de haber tenido un año para esto, la Expo Feria San Francisco 2023 en Pachuca comenzó con diversas carencias y problemas, que fueron desde el mal trato otorgado por personal presuntamente extranjero en las puertas del recinto ferial, hasta las obras que no estuvieron listas en tiempo y forma para brindar a la gente espacios dignos por los que pagaron un boleto de 60 pesos que costaba la entrada general.
Días de mucha gente
Los artistas con mayor número de seguidores llenaron el Teatro del Pueblo durante sus presentaciones, por lo que el recinto ferial lucía con bastante movilidad; así mismo, los fines de semana que fueron quincena, familias completas aprovecharon para acudir al recinto ferial.
Baños
Durante estos días, los baños de la feria fueron una catástrofe, entre que se tapaban, se desparramaban los orinales, y se acababa el agua, los cobros por entrar nunca se condonaron; es más, a los artesanos que les fueron otorgados algunos espacios, les comenzaron a cobrar 10 pesos por día.
Basura
Otro problema fue la recolección de basura, los tambos que especificaba el tipo de basura que la gente debía depositar en ellos, fracasaron, porque al llenarse uno, los demás tuvieron la misma suerte sin que al final se respetaran sus colores y etiquetas, e incluso el verlos desparramados fue una constante, lo que atrajo algunos roedores.
Gradas y zona elitista
Para algunas personas que acudieron aquellos días de mayor afluencia, las gradas colocadas en la parte lateral del Teatro el Pueblo fueron incómodas, ya que la gente tenía que voltear hacia el escenario o bien sentarse de ladito para que no se acumulara tensión en el cuello, y a diferencia de otras ediciones, el que se haya colocado una zona elitista en la que se pagaban consumos mínimos para poder tener un lugar con buena visión de los conciertos alejó mucho al pueblo de esa visión gubernamental de “una feria para el pueblo”.
Vendedores ambulantes
La queja de algunos comerciantes fue que mientras ellos pagaban un lugar fijo y obedecían reglas rígidas, a pesar de que se les había asegurado que no habría vendedores ambulantes, al final la Operadora de Eventos permitió que estos vendedores estuvieran tanto dentro del recinto como en el estacionamiento.
De igual forma los revendedores de boletos para el palenque de la feria se hicieron presentes sin que hubiera autoridad alguna que pudiera impedirles vender a precios más elevados los boletos acaparados en las ventas de los primeros días.
Atracciones
Otra de la molestia, fue que la pista de hielo se puso en marcha varios días después de la inauguración de la feria, así como los precios elevados de los juegos mecánicos que nuevamente se concesionaron a la empresa García, la misma que en varios años ha tenido percances que bien pudieron pasar a mayores, y que este año no se quedó atrás con lo sucedido en el juego del “Ratón loco” en el que los usuarios tuvieron que bajar caminando sobre la pista debido a que el juego mecánico ya no funcionó en las alturas.
Los días de poca gente
Por otra parte, los días de poca gente, como es de esperarse, golpearon las ventas de los comerciantes, y aunque otros problemas como el de la basura no se hacían presentes, también tuvieron sus particularidades ya que demostraron la inutilidad de las gradas debido a que la gente prefería estar cerca del escenario para ver a los artistas ante la falta de público que ocupar dichos espacios.
Espacios de atención gubernamental
Otro punto que generó opiniones divididas en el sondeo realizado por Diario Plaza Juárez al interior de la nave A y la nave B de la feria, fue la colocación de espacios de “atención” gubernamental en los que distintas secretarías buscaban promocionar el trabajo que realizan e incluso brindar atención a la gente.
Dichos espacios fueron catalogados como inútiles o inservibles, por los mismos visitantes. Cabe destacar que cada espacio ocupó extensiones por las que algunos comerciantes pagaron más de 25 mil pesos, asimismo todos estuvieron amueblados, alfombrados y personalizados, además contaban con distinto número de personas para estar ahí mirando cómo la gente pasaba de largo, a veces leyendo algo, otras platicando.
Los funcionarios públicos que fueron utilizados para estar en dichos espacios, disfrutaron de alimentos de banquetería privada diario, como se muestran en las fotografías que algunos inconformes entregaron a Diario Plaza Juárez, en que se ve el tipo de alimentos y servicio que recibieron durante estos 25 días de feria. A diferencia de los comerciantes, a estos los obligaron a comprar sus alimentos al interior del recinto.
Comunicación
Finalmente, la comunicación al interior del recinto dejó mucho qué desear, según lo informado por comerciantes, e incluso por propios funcionarios y personal de seguridad en el recinto ferial ya que se tomaban decisiones que no se informaban con eficiencia ni eficacia y provocaron confusiones con el personal, comerciantes, expositores y artistas que acudieron.
Como última muestra de esto fue que el pasado sábado 21 de octubre mediante una hoja impresa, sin logotipos ni firma, sin nombre alguno, se informó lo siguiente a los comerciantes: “EL PASE DE SALIDA SE ENTREGA A PARTIR DEL DOMINGO 22 EN HORARIO DE 12:00 PM A 3:00 PM Y EL LUNES DESDE LAS 12:00 PM A 6:00 PM. SE ENTREGARA SOLAMENTE AL TITULAR, ACREDITANDO SU PAGO TOTAL. LA SALIDA SERA A PARTIR DEL LUNES 10:00 AM, SOLO CON PASE DE SALIDA AUTORIZADO SIN EXCEPCION”, mensaje escrito con mayúsculas y con evidentes faltas de ortografía.
De esta forma se vivió una edición más de la Feria de San Francisco Pachuca, en el recinto de la capital hidalguense, espacio que nuevamente generó polémicas, tráfico insoportable, quejas de comerciantes, y situaciones que, aunque incómodas, parece que se han “normalizado” entre la gente que paga un boleto de 60 pesos por entrar a unas instalaciones dónde por lo menos los servicios básicos deberían estar garantizados.