• Intercambios de frutos, una realidad en las zonas rurales de México

Una vez que los árboles se llenaron de flores, viene la temporada de recoger los frutos que se esperaron todo el año, y en las zonas rurales de la entidad, el trueque se ha convertido en una tradición que no se ve como intercambio sino sólo como un compartir con familiares, amigos y vecinos, los frutos que se han obtenido.

“En estos días se comparten las ciruelas, los capulines, los duraznos y otras frutas que se dan en la región”, señaló en entrevista telefónica para el diario Plaza Juárez, doña Alfonsina Pérez, de Acatlán. 

En la región de Tulancingo, como en los municipios aledaños, el compartir los frutos de los árboles que tienen las familias es una constante, y a pesar del Covid-19 no hay espacio para el egoísmo.

En temporada también se da el denominado “aguacate serrano”, las granadas, los zapotes y pronto comenzarán las “elotizas” o “elotadas”, como les llaman algunos, y en las que se reúnen las familias para comer elotes y esquites. En estos días mandan bolsitas o canastitas llenas de frutas de sus jardines y a cambio reciben el traste con frutas del otro. 

“A mí no me importa si me dan algo, a mí me regresan mi canasta y ya, siempre les digo a mis hijos y a mis nueras, a que se quede en el árbol y se eche a perder, hay que regalar a los que quieran, luego pasa gente aquí y también les convidamos, el árbol lo cuidamos nosotros pero comemos todos”, dijo la septuagenaria. 

Cabe destacar que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Hidalgo se registraba en el 2010, que el 48 por ciento de la población de la entidad estaba concentrada en zonas rurales, mientras que el 52 restante se ubica en zonas contempladas como urbanas,