
RELATOS DE VIDA
En tiempos de escasez económica, con pocos pesitos se pueden hacer maravillas, aunque en temporada de opulencia esos pesos son menospreciados y olvidados en el tablero del carro, en la bolsa de algún suéter o chamarra, en el buró de la habitación o andan bailando al fondo de la bolsa.
Son en muchas ocasiones, sobre todo de pobreza cuando se buscan hasta por debajo de las piedras alguna moneda que permita comprar algo para comer o bien para completar un gasto necesario, ahí es cuando se valora cada peso obtenido.
Un ejemplo claro es cuando la billetera esconde celosamente un billete de 50 pesos, que en tiempos de abundancia se utilizan para comprar chatarra pero en la escasez pueden servir para diseñar un manjar que hasta puede ofrecer variedad de platillos.
Según expertos, con 50 pesitos puedes comprar un kilo de tortillas, un cuarto de frijoles para coser, y tres blanquillos; con estos tres ingredientes se pueden elaborar unos tacos dorados de frijoles, unas enfrijoladas y unos huevos con frijoles, lo que significa que con esos benditos 50 pesitos ya pudiste comer tres días.
Ahora es momento de reflexionar en cuidar y valorar cada pesito que llega a nuestras manos, porque no sabemos cuando llegan las malas rachas económicas, o mejor dicho, cuando estemos abajo de la ruleta de la abundancia y esos pesitos puedan significar uno o hasta tres días de alimento.