Home Barandilla Comparten un dolor en común: sus dos hijas desaparecieron

Comparten un dolor en común: sus dos hijas desaparecieron

0

DE 15 Y 19 AÑOS DE EDAD

Ana confecciona ropa en su hogar con máquina de coser que le dio el Instituto Hidalguense de la Mujer, en crédito que debe pagar 500 pesos cada mes por dos años: “Ahora pienso que me dieron la máquina para que me olvide y deje de pedir justicia”
Las madres de Cynthia Díaz, de 15 años, y Noemí Haydee Hernández, de 19, tienen en común dolor de tener una hija desaparecida y exigen justicia. De Cynthia, no se sabe nada de ella desde el viernes, mientras que el cuerpo de Noemí fue encontrado maniatado.
Para la familia de Cynthia, el 8 de noviembre todo cambió. La adolescente estudiaba el bachillerato en la Escuela Preparatoria 1 de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
Su madre, Guadalupe Yazmín Díaz, tiene fija en su mente la hora en que habló con ella por última vez: las 13:49. Una hora más tarde, recibió mensaje de Cynthia para que acudiera a la escuela a hablar con una maestra.
Guadalupe dice que se trasladó a la preparatoria, buscó a su hija, al no encontrarla, la llamó en repetidas ocasiones. Le pidió ayuda a su esposo y entre ambos pidieron al encargado cerrar los accesos para evitar que alguien saliera o entrara; también solicitó que se buscara a la joven, pero recibieron una negativa.
Guadalupe porta una bolsa con volantes con las fotos de su hija y diario sale a la calle a distribuirlos. En coches, bardas, comercios, pega volantes con la esperanza de que alguien le dé alguna pista.
Por el llanto, apenas puede contar que ha recibido mensajes amenazadores de quien señala ser “el director del plantel”: “No me consta, pero se identifica como el director. No quiero abundar mucho en ello, porque tengo miedo [de] que le pueda pasar algo malo a mi niña. No sé si es víctima de algo como prostitución o si la violaron”.
“Su hija no es el único muertito”
Ana Haydee Sánchez viste una camiseta blanca con la foto estampada de su hija Noemí, una joven de 19 años que desapareció en Tizayuca el 23 de agosto a las 17:00 horas, al salir de su empleo. Nunca llegó a su hogar.
El día de su desaparición, Noemí le dijo a su madre que al salir del trabajo se iría a casa, pero nunca llegó ni respondió llamadas. Al siguiente día, relata Ana, acudió a la Procuraduría de Justicia a levantar la denuncia.
Estando ahí, escuchó que habían encontrado el cadáver de una mujer y en ese momento supo que era su hija: “A ella la encontraron a las 9:00 horas, y hasta las 16:00, luego de tanto insistir, me enseñaron las fotos: era ella, era mi niña”.
A Noemí la encontraron maniatada, boca abajo a un costado de la carretera Arco Norte. El dictamen fue que murió por asfixia.
Ana afirma que, el día de su desaparición, Noemí alcanzó a enviar varios mensajes en los que decía que el padre de una de sus amigas se la quería llevar: “Pedía que me avisaran, pero su amiga no lo hizo, por miedo”.
Ana acusa que cada que pide al Ministerio Público saber del caso, le responden: “Espérese, tengo más muertitos. Su hija no es la única”.