A dos semanas del desastre, a las dirigencias partidistas ya se les empieza a desvanecer el color de la solidaridad y ya regresaron a su cotidiana ambición de poder
La grilla está dejándonos ver su más desagradable faceta, pues ésta se ha convertido en una parodia de vecindad, en donde cada uno de los actores políticos representa muy bien su papel al mejor estilo de un enfrentamiento de lavadero; dimes y diretes, ataques y réplicas; pero todo con un común denominador: aparecer como el centro de atención de lo que ellos han hecho todo un espectáculo, aunque por su actitud terminan siendo el bufoncito de la fiesta.
Es lamentable ver como nuestros representantes populares están haciendo de la desgracia un banquete político, cada cual se posesiona de su trinchera y desde la comodidad de los privilegios que el cargo les confiere, se tiran duro y a la cabeza, tratando de rajar la tabla política a su favor, siempre enarbolando la bandera de la ayuda a los damnificados, quienes ya no saben para donde hacerse.
Al parecer, a los Partidos Políticos es como si le hubiesen puesto el cascabel al gato con la exigencia de regresar los dineros del pueblo en lugar de usarlo en campañas políticas frustrantes, pues en cada movimiento que hacen, el ruido termina por delatar sus intenciones; viendo lo que hacen los contrarios para denostarlos y no quedarse atrás, para luego cacaraquear que “ellos” fueron los que dieron el primer paso con sus buenas acciones.
Unos agraden diciendo que los de enfrente son ruines y mezquinos, otros contestan que son unos porros, y al final, tanto unos como otros, en sus diálogos de altura, lo único que denotan es una insensibilidad a la desgracia social.
A los damnificados les importa un reverendo pepino las mutuas acusaciones, ellos, más que colores partidistas, más que apoyos clientelares, lo que necesitan es agua y comida y un techo donde dormir, por lo que los políticos, deberían ir guardándose sus buenos deseos para otra ocasión.
A dos semanas del desastre, a las dirigencias partidistas ya se les empieza a desvanecer el color de la solidaridad y ya regresaron a su cotidiana ambición de poder; han regresado a su verdadero interés de luchar y defender con sus afilados dientes ese hueso que en realidad representa su única ambición.
No les importa que aún haya gente que duerme en la calle, los intereses partidistas están primero; y todavía algunos líderes tienen el descaro de decir que serán “atentos vigilantes de que el dinero público no se distraiga para campaña alguna”; Sí, seguramente así lo hicieron en Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo y Tamaulipas, sólo por mencionar los casos recientes; y por si eso fuera poco, en los Partidos se han apresurado a expulsar de sus filas a los gobernantes corruptos, pensando que con ello purificaran sus errores.
Va a resultar interesante el desenlace de esta tragicomedia preelectoral, lo más probable es que los Partidos terminarán como siempre, gastándose el dinero del pueblo y tal vez simulando ayudas a través de clientelas políticas; espero equivocarme
Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.
Miguel:.Rosales:.Pérez:.