Las pestañas influyen muchísimo en la belleza del rostro y, sobre todo, potencian la expresividad de la mirada, por lo que cuando son tupidas y densas nuestro atractivo aumenta de forma considerable. Sin embargo, en muchas ocasiones no son todo lo abundantes o largas que no gustaría, pero para esto hay una solución: impregnarlas con vaselina a diario, algo que sin duda contribuirá a su hidratación y buen crecimiento.

¿Por qué la vaselina es buena para las pestañas?
Esta ofrece una excelente humectación e hidratación y un gran acondicionamiento, propiedades claves para hidratar y nutrir las pestañas desde la raíz hasta las puntas y, por ende, para evitar que se resequen o se quiebren con facilidad.
Tras la aplicación de la vaselina sobre las pestañas, eso sí haciéndolo de forma constante, el resultado son unas pestañas más densas, tupidas y gruesas, por lo que sin duda se trata de un buen producto para estimular su crecimiento y mejorar su apariencia fácilmente. Sigue leyendo para descubrir de qué forma debes aplicarla.
¿Cómo aplicar la vaselina en las pestañas?
Aplica la vaselina sobre las pestañas, deslizando el bastoncillo del cepillo desde la base de estas hasta las puntas. Al deslizarlo, puedes hacer un movimiento de zig-zag para que así todas las pestañas queden bien impregnadas del producto.
Después de hacerlo sobre las pestañas superiores, también puedes repetir el proceso sobre las pestañas inferiores.
Es importante que al finalizar la aplicación, dejes que la vaselina repose durante bastante tiempo. Y, por ello, lo mejor es que lo hagas antes de irte a dormir y que la vaselina actúe sobre las pestañas durante toda la noche. A la mañana siguiente, lávate el rostro con abundante agua tibia y jabón y ¡listo!