Desde hace unos días, la actividad en la huasteca hidalguense se ha intensificado, es común ver los puestos de naranjas, flores en los centros de las comunidades, pueblos y centros históricos de los municipios, ha llegado el cempasúchil y con ello, el recordatorio de que los Santos Difuntos están por llegar.
Aquí en Calnali, municipio considerado como parte de la Sierra Hidalguense, algunos luchan por que sean considerados dentro de la huasteca, sin embargo hay algunas diferencias que en Día de Muertos se hacen notar, “aquí es el Xantolo, así se le dice nada más”, explica una de las habitantes del municipio.
Ahí en Calnali, el “Mijkailjuitl” no es considerado, ni se le llama así en la tradición, aquí es Xantolo, con sus ceras y flores, con el pan en sus ofrendas, con la campana de su iglesia, y con la sonrisa de su gente que mientras concursa con su ofrenda, a lo lejos no deja de escuchar, los cánticos de una iglesia cristiana que se opone a venerar.
En las calles, los puestos de cohetes y fuegos artificiales no se hacen esperar, hay al menudeo y al por mayor, el día transcurre de una forma tan común con un poco de calor que se intensifica como el comal en donde las tortillas se han de cocinar, al mediodía una boda en la iglesia del Santo Patrón “San Marcos”, hace que las campanas vuelvan a sonar.
Y de ahí el eterno silencio, los murmullos de la gente. La ofrenda tradicional colocada dentro del kiosco del centro de la ciudad que ofrece un colorido particular, huele a pólvora, huele a polvo y huele a fiesta, pero no se percibe aún como tal.
Es alrededor de las 15 horas cuando las catrinas de papel maché comienzan a desfilar, llegan ataviadas de hermosos vestidos y de creatividad tan singular, los vecinos avisan que habrá concurso de catrinas, que en breve se podrá contemplar. Y es a las 18 horas cuando el pueblo se despierta, suenan las campanas, estallan en el cielo los cuetes, la fiesta ha comenzado, “lo sabe nuestra gente”, la gente hidalguense, la de Calnali, que el Xantolo festeja con todo el corazón.
Las catrinas están a un lado, han dado paso a las cuadrillas, grupos de hombres de diestros pasos, que al bailar ofrendan al recuerdo de sus muertos y no olvidan que en cada taconazo está la fuerza de su comunidad, que en cada baile habrán deleitar y que con esto la tradición persistirá.
Son grupos de danzantes, que con máscaras de diablos y sombreros, algunos con las de carnaval, se dan cita para bailar en el Día de los Muertos, que se hizo para ofrendar, bailan contentos, gritan de la emoción, y al final del día han cumplido su misión, dejarles a los nuevos alegres el corazón.
Ha despertado Calnali, la fiesta comenzó y por algunos días más, el Xantolo seguirá, con panes y tamales, los más representativos son los de Xala que es un guiso preparado a base de chile ancho y ajonjolí, con carne de pollo o de cerdo según la preferencia de las personas que los preparan, algunos le incluyen frijol y otro hasta cuadritos de chayote, mismos que con masa y envueltos de hoja de plátano y se cocinan al vapor.
Así en pleno 31, con vísperas al día mayor, el 2 de noviembre, se asoma la tradición, una más de los hidalguenses que se ha convertido en Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado, declarado así el año pasado (2015) por la 62 legislatura en la entidad.