“Ya nda / Semillas / Seeds”, es el nombre del poemario escrito por Rosa Maqueda Vicente y elaborado en conjunto al colectivo Ya mfeni, quienes presentarán hoy esta obra autogestiva en punto de las 12:00 del día en las instalaciones del Helado Oculto, además de que exhibirán las obras de los ilustradores en este lugar.
La traducción al inglés corrió a cargo de la Doctora Carolina Bloem, la revisión del poemario en hñahñu por el Maestro Roberto Aurelio Núñez López, las ilustraciones por Alan Christian Maqueda Gálvez, Edgar Bryan Camacho Maqueda y Paulina Hernández Gutiérrez (Pau Capicúa). El prólogo fue redactado por la Doctora Carmen Alemany Bay y la portada creada por Celeste Jaime.
Inicios
Rosa Maqueda elaboraba su tesis cuando invitó a Alan Maqueda a ilustrar parte de su trabajo: unos cuentos que estaban en español y hñahñu. El proyecto empezó a crecer tanto que se vieron saturados por lo que Alan buscó a más ilustradores, sumando a Pau Capicúa y Edgar Camacho al Colectivo Ya mfeni.
Cuya traducción literal, haciendo un acercamiento al castellano es “pensamiento”, “pero un conocedor de la palabra hñahñu te podrá decir que es cuando comienzas a palpitar y justamente Ya mfeni es eso: de un palpitar inician otros; arrancaron con semillas, es posible reivindicar, resurgir nuevamente, fortalecer la raíz” explicó la autora.
Rosa Maqueda
La investigación de su tesis se centraba en las raíces hñahñu: “me gusta nombrarlo como hñahñu porque es una parte el nombrarnos nosotros desde nuestra raíz y no desde esa categorización que se ha hecho desde la mirada hegemónica. Para nosotros, creo que la valía está en darle esa resignificación a la historia de nuestros ancestros.”
A partir de sus tesis encontró que su pasado era muy rico, sobre todo en la cultura hñahñu: “abro con ese poema, abro un poquito también de lo que lo que también hay; hay mucha también poesía y mucha sensibilidad artística en todos nosotros”.
A lo largo de 16 poemas escritos en hñahñu, español e inglés, Rosa nos introduce a un caminar: “un caminar donde tú vas iniciando, te inmersas y el último poema cierra con la actualidad que nos tocó vivir esta pandemia” una etapa muy importante y difícil, que a ellos los llevó a sumar fuerzas y concretar varias obras, a la espera de poder editarlas, pues este es un proyecto autogestivo.
Todos los poemas son significativos, pero “Semillas”, el que ilustró Alan, lo es aún más: “al término de la tesis tenía la sensación de contar quiénes eran mis antepasados” Y agregó: “quien tenga el acercamiento a la poesía podrá reencontrarse con la madre, la abuela, el contacto con la tierra y la comunidad”.
Ilustradores
Alan Maqueda
Para Alan el contexto hñahñu ya no es tan cercano y es que es la primera generación que no lo habla, como consecuencia de la discriminación a la que se enfrentaron sus familiares: “aun así crecí en ese contexto también de fiestas patronales, de toda la vida ritual que hay en la comunidad. Entonces, pues ahí empezamos ese diálogo entre la palabra escrita y la imagen”.
La ilustración que elaboró fue para el poema “Mäka nda / Semilla / Seed” tomando como referencia a los Cangandhos del Valle del Mezquital “de repente alguien estaba trabajando la tierra con sus yuntas, su arado, metía la maquinaria agrícola y sacaba de repente unas piedras que eran talladas monolitos, con esas cuestiones; yo entiendo; como para bendecir la tierra”.
Por lo que colocó un monolito, una venus mesopotámica “es como la primera venus, la primera representación femenina que se ha vinculado mucho con la fertilidad”, la media luna de la Virgen de Guadalupe y el maguey invertido, jugando con la fantasía y las figuras poéticas.
Pau Capicúa
Egresó junto a Alan del Instituto de Artes, y pese a que ella no creció en la comunidad de Chilcuautla, como los demás ilustradores, siente mucho amor por esta, pues se encuentra relacionada a través de su papá y abuela, colaborando así “para que se siga apoyando este idioma del hñahñu y que se fomente la cultura”.
“La imagen no compite con el texto” señala Pau, quien ilustró “Ra t’afi / Aguamiel / Aguamiel”, escogiéndolo por su estilo haiku, usando mucho el recurso virtual de espacio negativo: “que se viera esta parte de que el fondo está interviniendo también en el primer plano y que el personaje del primer plano fuera un todo con la parte del fondo”.
Edgar Camacho
Fue el último en sumarse a inicios de este año: “yo lo que veo en este poemario y en todos es el reflejo del contexto. El contexto natural está muy presente y es algo que caracteriza a la gente de la comunidad, está muy arraigada a las tradiciones y sobre todo a la tierra, a lo que los rodea”.
Para él fue sencillo el hacer e imaginar sus piezas, aunque fue difícil la cultura hñahñu porque tampoco lo habla: “Me siento como extraño de no sé si estar expresándome bien de manera visual” aunque detalla que basó su experiencia en la estética visual del contexto donde creció. “Tal vez si habláramos el hñahñu tendríamos un poco, o algo diferente”.
El poema que escogió para ilustrar es “Ya ‘mini ha ra ndähi / Espinas al viento / Thorns to the Wind”, pues lo remitió al senderismo, al paisaje del Valle del Mezquital rico en cactáceas y árboles de espinas, así como una serie de elementos simbólicos como el insecto y la presencia de una persona dentro de la ilustración, influenciado por sus obras en miniatura y el sentimiento de sentirse pequeño ante la vasta naturaleza. Siendo un collage de diversas obras suyas la obra final.
Traductores
La saturación de trabajo no solo fue en cuanto a las ilustraciones sino también en las traducciones, por lo que la Doctora Nora Carolina Bloem, quien revisa los poemas en inglés, sumó al Maestro Patrick Cheney, quien está trabajando en el segundo y tercer poemario, pues están a punto de iniciar el cuarto.
Roberto Aurelio Núñez López, encargado de revisar los poemas en hñahñu, y desde Querétaro se dedicó a checar la escritura, y detalló que el hñahñu es una lengua milenaria que se encuentra en amenaza porque cada vez hay menos hablantes. “cada palabra de la lengua encierra un cúmulo de saberes”.
Así mismo dijo que debería ser dignificada y el poemario le da su lugar al presentar primero los poemas en hñahñu “en la medida que se valore la lengua se va a conservar”, además de que la pone al mismo nivel que el español y el inglés” agregando que esto permitirá llevar los poemas a todo el mundo sin excepción de que se limite a solo la comunidad hispana.
El proceso de revisión fue lleno de aprendizaje pues dijo que algunas palabras tienen variantes, y finalizó diciendo que también se encuentra el lenguaje de la ilustración, el cual hace un buen diálogo con la poesía de Rosa, haciendo un libro único, una combinación y diálogo muy bonito.
Proyecto futuro
Esperan publicar el segundo poemario, que será infantil para que niños y niñas se acerquen y aprendan más fácil, apelando a la fonología lingüística. Mientras que el tercero será sobre los señores de sus antepasados “como la sal que era algo muy importante y simbólico para nosotros, pero que ahora lo vemos muy común: la sal y ya” explica Rosa.
Fue esta semana que apenas se conocieron pues trabajaron en la virtualidad, a consecuencia de la pandemia de covid-19: “no nos conocíamos hasta hace días que hicieron la presentación editorial en la Universidad Benito Juárez, en Chilcuautla”.
Esperan tener un buen recibimiento con el poemario, pues del presupuesto que obtengan podrán publicar las obras siguientes, y tienen contemplada una donación: “Como este es un proyecto autogestivo consideramos iniciar con el 25 por ciento de donación; ese es el camino de Ya mfeni, acercar los libros a las comunidades y no que se queden en bodegas o bibliotecas” señala Rosa.
Reafirma que han apostado por la autogestión y sobre todo por la gestión de llevar estos textos a las comunidades: llevar este material a jóvenes, niños y también a los abuelos porque es parte de recordar.