Elecciones Estados Unidos 2016
- Pero con su popularidad en mínimos
La última esperanza: de cara a la convención de julio en la que se nombrará al candidato presidencial, si Trump no llega a esa cita con los delegados necesarios para lograr la mayoría absoluta (1.237), algo que no tiene aún garantizado (suma 844), los delegados pueden apoyar a otros aspirantes en la segunda ronda y expulsar de la carrera al magnate que ha sacudido el partido.
Hillary Clinton y Donald Trump tienen allanado el camino a la candidatura a la Casa Blanca tras sus rotundas victorias del martes en las primarias de Nueva York. Ambos hicieron gala de ello en discursos en los que el polémico magnate exhibió un tono más presidencial que nunca y la exsecretaria de Estado dirigió ya sus dardos contra los conservadores contra los que se espera batir en noviembre. El liderazgo de ambos se apuntala pese a que su popularidad ha caído a mínimos, lo que es una paradoja y también un síntoma de la desafección de estadounidenses con la oferta política.
Nueva York aupó a Clinton con el 58% de los votos, frente al 42% de Bernie Sanders. Trump arrasó: al hacerse con el 60% de las papeletas, el mecanismo de las primarias republicanas le concedió la casi totalidad de delegados en juego, 89 sobre 92, y dejó muy pocas opciones a Ted Cruz, senador por Texas.
Sin embargo, entre votantes de ambos partidos, Trump es el candidato más detestado, lastrado por su discurso xenófobo y machista. 65% tiene una imagen negativa del empresario y solo 24% le ve con buenos ojos. Clinton es vista con desconfianza por muchos demócratas y, en general, la ven de forma negativa el 56% de los electores.
La batalla con Sanders, que no ha dejado de atizarla por sus vínculos con Wall Street, la ha erosionado. Entre los votantes de su partido, una encuesta de Gallup le otorgaba la semana pasada el nivel de popularidad más bajo desde que empezaron estos sondeos, el pasado julio, con un 30% de rechazo. También Trump, el favorito, y Ted Cruz se encuentran en la parte más baja: hasta ahora les rechaza el 43% y 40% de los republicanos.
Pero existe una diferencia abismal entre el entusiasmo que uno y otro generan entre los suyos. La exsecretaria de Estado lleva acumulados más de la mitad de los votos demócratas, al contrario que Trump.
Frente a un candidato republicano radical como Trump o Cruz, el partido demócrata confía en que Clinton será capaz de aglutinar apoyos, pese a que el electorado ha dado muestras de estar enfadado con todo lo relacionado con el establishment que ella representa. Y, al contrario, los republicanos temen que muchos de sus votantes se queden en casa si el magnate neoyorquino se confirma como el aspirante a la Casa Blanca.