Claudina Domingo indaga sobre la madre y la muerte

Gemelidad entre la madre y la muerte, aquella que trae al mundo y aquella que te lleva del mundo
 

Las emociones, la mirada al interior más profundo del alma solitaria, la maternidad y siempre la muerte, habitan los relatos que la escritora Claudina Domingo (Ciudad de México, 1982), ha reunido en Las enemigas (Sexto Piso, 2017). Este manojo de historias está protagonizado por personajes que se encuentran muy vulnerables y que por eso quizás resienten más, algunos su orfandad o el luto por la muerte de la madre, pero también algunos necesitan crearse o recrearse una madre incluso imaginaria.
“Algunos de los personajes están enfrentados a la madre, otros sienten a la madre como algo ajeno, como una persona extraña, pero todos están volcados hacia adentro, hacia su mundo interior, hacia sus problemas, sus conflictos y de alguna forma los resuelven porque aunque son personajes vulnerables terminan encontrando un poder transformador en esta experimentación de las emociones a un nivel muy intenso. Son personajes que deciden enfrentar la vida a través de la experimentación de la emoción”, afirma Domingo.
En entrevista, la poeta y narradora asegura que en un principio sus relatos los sentía más del lado de la muerte que de la madre, pero luego fue viendo que aparecía la figura materna y lejos de rehuirla buscó más esta aproximación y también esa gemelidad entre la madre y la muerte, aquella que trae al mundo y aquella que te lleva del mundo.
“Muchos de los personajes tienen problemas de adicción, y eso los lleva a buscar un refugio o a añorar ese refugio de la madre, pero algunos no coinciden de esa madre, tienen que hacer un esfuerzo por vivir en su soledad, por eso en ocasiones encuentran como a otro personaje que los apoya en esa búsqueda que a veces parece el amigo o el enemigo, o buscan esa alma idéntica que los pueda apoyar en su viaje”, señala la autora que ideó nueve historias como las nueve casas que debe recorrer el alma en la leyenda azteca del Mictlan, según el Códice Ríos, o como los nueve meses de la gestación humana.
Las historias de “Las enemigas”, entre las que están “Xólotl”, “Corazón de la montaña”, “El eclipse”, “Las manos invisibles”, “Te devoran el corazón” y “El agua invicta” transcurren sobretodo en entornos urbanos pero también hay algunas reflexiones que derivan en situaciones que ocurren en el norte del país. “Hay una contraposición entre el mundo onírico en mis personajes y sus experiencias emocionales con algo que quería que fuera muy sólido y realista. Viven en un país y en medio de una sociedad que tiene ciertas enfermedades. De alguna forma estos personajes tenían que vincular su vida interior con este mundo”, el del siglo XXI, con la violencia, la inseguridad, la desaparición y la trata de mujeres.
Claudina Domingo, quien en 2011 fue nombrada “escritora emergente del año”, por la revista “La Tempestad” y ha sido tres veces becaria del FONCA, asegura que los nueve relatos nacieron de una anécdota, de un sueño, de una nota periodística o de una historia escuchada a su madre durante varias veces. “Son diferentes las formas de arrancar una historia, pero debo decir que estos son los primeros relatos que tengo concluidos. Aprendí a escribir relatos escribiendo este libro; de pronto como por una cuestión intuitiva pensaba primero en los personajes, y luego ya que pensaba en el personaje pensaba en a qué lo iba a enfrentar”, afirma la escritora que en 2012 ganó el Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer para obra publicada.
Conciencia de género. Claudina Domingo pertenece a una generación de escritoras jóvenes de voz potente, sin embargo ella rechaza la moda y dice que siempre ha habido grandes escritoras en México y asegura que más que vivir un tiempo de feministas, vivimos un momento de conciencia de género que no sólo involucra a las mujeres, sino de reflexiones de los hombres que por una cuestión obvia no pueden oponerse a los derechos de igualdad de las mujeres.
“Probablemente sea un paliativo ante otras cosas que el Estado no nos puede dar como seguridad y paz, y entonces por eso ha enarbolado el discurso de equidad de género y eso ha propiciado que efectivamente las editoriales se interesen en las escritoras, que cuando se otorgan becas se busque dar más equidad, que se hable de una potente generación de escritoras mujeres. Lo que tenemos que hacer ahora es superar de alguna forma el momento de la moda, lo importante será que la atención en las escritoras no sea una cuestión pasajera propiciada por un prurito en el discurso”, asegura Domingo.
Luego, la escritora cuestiona que hoy en día la gente se sorprenda de encontrar que las mujeres escribimos bien y que hay buenas escritoras mexicanas. “Lo que pasa es que no siempre se les dedica la misma atención que a los escritores”.

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