Nada lo detiene
- Con 24 millones de telespectadores el debate marcó récords de audiencia; en el encuentro, el magnate desafió a los propios conservadores, estrategia que beneficia a sus rivales
Washington.- Donald Trump lo hizo otra vez. Con un estilo bronco, buscando pelea a ratos, respondiendo con ataques personales cuando le ‘pillaban’ en un renuncio, y haciendo frente a unos moderadores hostiles -de la cadena Fox News, propiedad de unos de los hombres más influyentes en el Partido Republicano, Rupert Murdoch-, el empresario inmobiliario, organizador de concursos de belleza, y ‘estrella’ de reality shows, marcó la pauta en el primer debate entre los candidatos republicanos.
Fue un debate que marcó récords de audiencia, 24 millones de telespectadores vieron una pelea dialéctica, sin ideas y con mucha mala leche, que Trump convirtió, con el entusiasta apoyo de varios de sus rivales, en una versión de una sesión del Parlamento de Westminster hecha para ‘Sálvame de Luxe’. Es lo que dan dos décadas de experiencia en el mundo de los ‘reality shows’.
A lado de Trump, un circunspecto Jeb Bush, ‘oxidado’ después de 13 años sin hacer campaña, o un Scott Walker, que quiere parecer algo más que una máquina de destrozar sindicatos y de invocar a Dios, parecían haber sido contratados para un anuncio de somníferos. Lo mismo que el senador por Florida, Marco Rubio, que eludió entrar al trapo tendido por Fox News de atacar a su mentor político, Jeb Bush, ahora reconvertido en rival. Ellos fueron los que más criticaron a la presumible candidata demócrata. Hillary Clinton. El rechazo a Clinton parece ser lo único que une a republicanos.
‘Yo he dado dinero a casi todos’, aseguró Trump
Pero ésas fueron las excepciones. La norma la fijó Trump, que arrancó afirmando que no descarta lanzar su propia candidatura si no obtiene la nominación. El resultado fue un abucheo. Porque, si los republicanos se mantienen unidos, su candidato con más posibilidades en unas elecciones presidenciales, Jeb Bush, perdería por 4 puntos frente a Clinton. Si Trump montara su propio partido, la derrota sería por 16. (Agencias)