Vecinos indeseables

Todo el mundo sabe lo difícil que es encontrar un buen vecino. Cuantimás si se trata de hipócritas que utilizan la alberca comunal que han puesto los vecinos, y la destruyen en un acceso de envidia.

Se trata de Queridos vecinos, cuarto largometraje de los hermanos D’Inocenzo, Fabio y Damiano que forma parte de la LXX Muestra Internacional de Cine.

El guión de estos hermanos romanos nacidos a fines de los ochenta es una historia situada en el verano en las afueras de Roma, en un barrio de clase media.

Las tensiones entre los padres, algunos de ellos desempleados, quedan de manifiesto en los hijos, quienes sin la hipocresía de los mayores, tienen reacciones más viscerales y sinceras que sus progenitores.

Influídos por un maestro supuestamente progresista, dos de ellos construyen una bomba casera, por lo que son detenidos por las autoridades, espantadas ante la ignorancia de los padres respecto a la conducta de sus vástagos.

Los directores de Travel well kamikaze y La terra dell’abbastanza construyen un filme coral en el que se respìra la tensión y la incertidumbre.

Favolacce obtuvo el Premio del Jurado del Festival de Bruselas y el Oso de Plata en el Festival de Berlín, además del premio David di Donatello en su natal Italia, por lo que es uno de los filmes que no hay que perderse de esta Muestra, que cumple su primera mitad de siglo.