Soldado francés

Uno de los platos fuertes del XXI Tour de Cine Francés, que se exhibirá próximamente en Cinépolis Pachuca, es el más reciente filme de Francois Ozon, el apreciable director de clásicos como La piscina y En la casa, que ya se ha vuelto un habitual de estas semanas.

El guión del propio realizador y de Philippe Palazzo recuerda un clásico pacifista de Ernest Lubistch y se sale un poco de la temática habitual del director.

La acción transcurre en un pueblo fronterizo alemán, al término de la Primera Guerra Mundial.

La bella Anna (Paula Beer) coloca amorosamente flores en la tumba de su prometido Frantz Hoffmeister (Antón von Lucke), muerto en acción.

Ella vive con los padres de su novio, el severo doctor Hans (Ernest Stotzner) y su esposa Magda (Marie Gruber), y es tratada como una hija de la familia.

Pero su rutina se ve interrumpida, cuando el joven francés Adrien Rivoire (Pierre Naney, el inolvidable intérprete de Yves Saint Laurent) aparece en el lugar para depositar unas flores.

El doctor se niega a recibirlo argumentando que “un soldado francés mató a su hijo”, pero su esposa le abre las puertas de su hogar al enterarse de que se trata de un amigo de Frantz, cuya presencia ayudará a recordarlo.

¿Pero se trata realmente de un amigo del muerto?

Ozon hace una recreación magistral, apoyado en una espléndida fotografía en blanco y negro de Pascal Marti y una bella banda sonora de Philippe Rombi.

Frantz es pues un conmovedor alegato contra el racismo y la discriminación, que demuestra la inutilidad de la guerra y que es una de las siete cintas que no hay que perderse.