Tomasso (Marco Giallini) es un destacado cirujano que gobierna a su familia y a sus colaboradores con mano de hierro. Prepara a su esposa Carla (Laura Morante) y a su hija Bianca (Ilaria Spada), para apoyar a su hijo Andrea (Enrico Otiker), cuando les confiese que es gay.
Pero la realidad lo que el chico quiere, es abandonar la carrera de medicina, y lo que es peor para Tomasso ¡convertirse en sacerdote!
Ese es el motor de la divertida comedia Si Dios quiere de Edouardo Falcone, a cuya premier nos invitaron los buenos amigos de ZIMA.
El émulo del doctor House está dispuesto a hacer todo lo posible porque su hijo no tome los hábitos, pues es un agnóstico.
Piensa que no será difícil convencerlo, sobre todo cuando descubre que quien lo ha influído es Don Pietro (Alesnadro Gassman), un sacerdote que descubrió su vocación, hasta que estuvo en la cárcel, pues tenía un largo historial delictivo.
Pero la cosa es más complicada de lo que parece, pues su hijo parece tener muy arraigada su vocación e influye a su hermana y a su madre.
Los momentos más divertidos son cuando el cirujano trata de enredar al sacerdote con su historia.
El escritor de Viva L’Italia y Te acuerdas de mí, le da un tono muy agradable a la cinta, alejado de los panfletos evangélicos de al estilo de Dios no está muerto.
Se Dio vuole es pues una deliciosa comedia que lo hará pasar un buen rato, sobre todo en esta complicada época, llena de aumentos, violencia y malas noticias.