
El testamento de Retes
En una de las salas de la Cineteca Nacional se ha estrenado la última cinta de Gabriel Retes, Identidad tomada, realizada poco antes de su muerte.
Como en la mayor parte de su obra, se trata de una buena idea, que no termina por redondearse en la pantalla.
El guión del propio realizador narra la historia de un grupo de jóvenes realizadores encabezados por Felino Gómez (Alexander Da Silva), que para que su película Agua pasa por mi casa, sea aceptada en un Festival de Cine, es inscrita como una obra de Tomás Guevara (el propio Retes), un cineasta que lleva retirado y exilado 15 años al lado de su pareja Galatea (Meritxell Galaez).
El cascarrabias acepta hacerse pasar por el director cuantimás pues resulta multipremiado en el Festival. Premonitoriamente cuando anuncia una nueva cinta con Felino, un tsunami los amenaza.
La competencia recuerda la divertida Festivbercine.ron segunda parte de BienvenidoWelcome, que pasó prácticamente desapercibida. Es evidente que Retes añoraba el éxito obtenido por El bulto, y los dólares que representó, y que nunca pudo volver a alcanzar.
Resulta bastante curioso oír que cinta de Felino es “una obra maestra” y que vale millones de dólares, sin que veamos algo que justifique tantos elogios.
Lo trascendente de Retes es su amor al cine, desde sus inicios en super ocho con El paletero, pasando por su debut industrial con Chin Chin el teporocho, su polémica con Nuevo mundo, su época cooperativista con Bandera rota, o su exilio con Arresto domiciliario.
Su muerte deja un hueco en el cine nacional, que difícilmente podrá llenar otro director.