Musical bizarro

Desde el triunfo de La la land, el musical ha cobrado un nuevo auge, pero ahora lo ha hecho de una forma más original en Annette de Leos Carax, que se acaba de estrenar en la Cineteca Nacional.

El guión de Ron Mael narra el singular romance entre el exitoso comediante Henry McHenry (Adam Driver) y la talentosa cantante de ópera Ann Defrasnoux (Marion Cotillard).

Contra todo pronóstico la pareja se ama, y como fruto de ese amor nace la pequeña Annette, pero mientras que la carrera de ella se dispara a las nubes, la de Henry parece irse por el caño, provocando sus celos y una ansia asesina.

El cineasta francés llamó poderosamente la atención en sus inicios con cintas como Sangre y Los amantes del puente nuevo.

Aquí regresa a su veta provocadora con este bizarro musical que conjuga el talento del versátil Driver, que es capaz de salir en la saga de Star Wars, bromear en cintas de Jarmush o ser un caballero en El último duelo de Ridley Scott.

A su lado, la oscareada Cotillard por La vida en rosa, está muy a tono.

En cambio el animatronic de Annette resulta un tanto grotesco y a ratos semeja un pariente cercano de Chucky y Simon Helberg, el simpático judío de La teoría del Big Bang, recibe su primer papel serio.

La pretendida aparición especial de Natalia Lafourcade corre el riesgo de pasar desapercibida, aunque la música resulta bastante atractiva.

Con todos estos elementos Annette resulta un musical bastante bizarro que no será del agrado de todo el mundo, pero que triunfó en el Festival de Cannes y en el de Hamburgo.