
Diván tunecino
La guapa psicóloga Selma Derwich (Golshifeth Farahabi) decide regresar a su natal Túnez para abrir su consultorio en la azotea de la casa de unos parientes. Piensa que en París era una profesionista más que no tendría muchas oportunidades y que romperá con la idea de que nadie es profeta en su tierra.
Y aunque parece que lo logrará, las autoridades personificadas por el policía Naim (Majd Mastour) le exigen un permiso, que deberá conseguir tras una serie de interminables trámites burocráticos.
Se trata de Tardes en el diván. una divertida comedia de Manele Labidi, basada en un guión de la propia directora y de Maud Ameline, que se acaba de estrenar en la Cineteca Nacional y en algunas salas comerciales.
La guapa actriz iraní de Las hijas del sol, ha participado en proyectos internacionales como Piratas del Caribe, la venganza de Salazar y Exodo Dioses y Reyes.
Aquí explota un lado cómico que no se le conocía, como la profesionista que debe enfrentar a pacientes extremos como la encargada del salón de belleza, el gay autoreprimido o la sobrina que quiere huir del país.
En una de las escenas más divertidas debe hacer la prueba del alcohol. soplándole al policía en el rostro “pues ha habido recortes en el presupuesto”.
Se trata del segundo largometraje de Labidi, que al igual que el personaje central nació en París, pero regresa al país de sus padres.
Un divan a Tunis resulta pues una sencilla y divertida comedia que lo hará pasar un buen rato.