Discolocos ochenteros

Otra de las cintas presentadas en la tercera edición de Cínica Festival es Discolocos un documental de David Dávila Herrera, que pretende homenajear al género High Energy, una mezcla de música disco y electrónica que alcanzó gran éxito en México hace algún tiempo y que conserva fanáticos de hueso colorado.

El director entrevista a fanáticos que siguen conservando sus vestimentas y que bailan a ritmo de disc jockeys como el legendario Patrick Miller, y que asisten a conciertos de artistas europeos españoles o italianos, que elogian el entusiasmo del público mexicano.

De pronto Dávila Herrera da un giro al documental y sigue los pasos de Smufer (Luis Alan Vega) un joven al que sus padres han inculcado el amor por el High Energy.

Luis tiene un tumor canceroso en el cerebro, y poco a poco se va recuperando con la solidaridad de la comunidad, que organiza eventos en su favor, y que incluso le paga unas vacaciones en Acapulco.

Ahí conoce a Pascal Languirand, un artista canadiense que se hizo famoso con su espectáculo Trans X.

El filme da otro giro y sigue los pasos del artista canadiense, que confiesa que en un momento de su vida quiso suicidarse.

Alan se convierte en su mejor amigo y juntos disfrutan de la High Energy a la mexicana.

Resulta evidente la falta de experiencia fílmica de Dávila Herrera en su ópera prima y eso hace que el filme salte de un lado para otro y no tenga una unidad dramática.

Con todo Los discolocos resulta un testimonio interesante de una corriente musical que ignorábamos hasta ahora.