Radiografía de un dictador

Otro de los platos fuertes de la XIV edición del Festival Ambulante, es Los testigos de Putin de Vitaly Mansky.

Este director nacido el 2 de diciembre de 1963 en Lvov, se convirtió en el cineasta oficial de Vladimir Putin, cuando sorpresivamente el presidente Boris Yeltsin renunció y lo dejó a cargo del puesto con la encomienda de organizar unas elecciones… que ha ganado en tres ocasiones sucesivas, sin que Estado Unidos o sus aliados, lo acusen de ser poco democrático o un dictador.

El director de Patria o muerte tiene material de primera mano, que muestra a Putin en todo su esplendor durante los primeros meses en el poder.

Sintomáticamente al año de estar al mando, comenzaron a desaparecer sus más cercanos colaboradores, que incluso se pasaron a la oposición o de plano murieron.

No puede uno evitar recordar el tradicional dedazo mexicano, cuando Yeltsin esperaba que su delfín le hablara para agradecerle su apoyo, después del triunfo de la primera elección.

Vemos a Putin darse su baño de pueblo, yendo a visitar a su maestra, quien afirma que todos los días reza por él, y le pide que no se olvide de sus recomendaciones, como ya lo hizo una vez.

Mansky no puede evitar su incomodidad, cuando Putin trata de convencerlo de volver a instaurar el himno oficial ruso.

Svieteli Putina resulta un documento estremecedor, que nos hace pensar en la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses, y de la posibilidad de neutralizar a su mayor enemigo, colocando a Donald Trump en el poder.