Crímenes de familia

Hace seis años el documentalista argentino Sebastián Schindel nos sorprendió con la espléndida El patrón, su primera ficción, que narraba la historia de un humilde carnicero que asesinaba a su patrón, un hombre sin escrúpulos.

Nos sorprendió enterarnos en la radio, que su más reciente cinta Crímenes de familia, se encontraba en la plataforma Netflix y nos apresuramos a verla.

Basada en un guión del propio realizador y de Pablo del Teso, la cinta narra la historia de Alicia (Cecilia Roth), una madre de clase alta, que se desvive por su inútil hijo Daniel (Benjamín Amadeo), quien ha terminado en la cárcel denunciado por su esposa Marcela (Sofía Gala) por violencia y malos tratos, pese a los esfuerzos de Ignacio, su padre (Miguel Angel Solá).

Al mismo tiempo deben asistir al juicio que se le sigue a su sirvienta Gladys (Yanina Avila), quien asesinó a su hijo recién nacido.

Schindel va entremezclando las dos historias de una manera muy sutil para sorprendernos con un final inesperado.

Alicia debe tomar conciencia de la conducta de su hijo, que le provoca la separación de su esposo, que ya está cansado de sufragar los tratamientos por drogas y los malos negocios del vástago.

Asimismo aprenderá la solidaridad con las mujeres, que al fin y al cabo son las víctimas de una sociedad machista.

Crímenes de familia es una cinta cruda e impactante, que algunos consideran un alegato feminista, pero que es en realidad una película que no hay que perderse.