Adolescente drogadicta
- Los adultos brillan por su ausencia. Christine espera que su madre se vaya a trabajar para emprender su negocio
Si en Elefante, el británico Alan Clarke (1935-1990) nos había mostrado un retrato brutal contra la violencia, en el mediometraje Christine, filmado en 1987, tres años antes de su muerte, nos da una cruda visión de la drogadicción, sin sermones moralistas o mensajes positivistas.
La Christine del título (Vicky Murdock) es una adolescente con cara de niña, que vive en los suburbios londinenses y que se dedica a la venta de drogas.
La mayor parte del tiempo la vemos con una bolsa de plástico cruzar por desiertas calles, hasta llegar a la casa de los clientes, a los que en muchas ocasiones acompaña en su consumo.
Los adultos brillan por su ausencia. Christine espera que su madre se vaya a trabajar para emprender su negocio y la mayoría de sus jóvenes clientes están solos en sus domicilios.
Resulta estremecedor ver a los jóvenes preparar su dosis e inyectarse, para luego permanecer estáticos, y solamente despertar para prepararse otra dosis.
Los diálogos son mínimos y las actuaciones muy naturales.
El IX FICUNAM rindió homenaje a este gran realizador británico fallecido a los 54 años a causa de cáncer de pulmón, con la presencia de su hija y una retrospectiva que comprendía una docena de sus principales películas, que afortunadamente se encuentra en YouTube, al alcance de todo el público.
Christine es pues una cinta que no deben de perderse por todos estos motivos.