
ALFIL NEGRO
Cierra la puerta hijo mío
para que no entre la muerte,
y cierra los cien candados
que la frenen en su intento,
cierra la puerta con llaves
y fija las cerraduras
porque ya se oyen sus pasos
que suenan en las banquetas.
Cierra la puerta hijo mío,
porque se que ya ha pasado
en Chihuahua con jesuitas,
y en Zacatecas a brincos,
tiene su reino en el norte
con cara de cien fusiles,
y con reserva y cautela
camina ya por mi tierra.
Cierra la puerta hijo mío
y coloca púas y espinas,
para que en ellas se quede
la muerte de la pandemia.
Cuánta soledad y llanto
cuántas jeringas y sueros,
despedidas para siempre,
hermanos que se nos fueron,
puertas abiertas sin freno
por donde la vida pasa .
Cierra la puerta hijo mío
para proteger la casa,
una muralla de piedra
que rebote la metralla,
y mira tú con cuidado
que se guarde entre paredes
la luna de Real del Monte
y no la hurten los ladrones.
Cierra la puerta hijo mío
y guarda en casa las risas,
que se llene de esperanzas
Y no se quede vacía.
Silencio y llanto en las calles
silencio y llanto en las casas,
Cierra la puerta hijo mío
para que no entre la muerte.
Después cuando todo pase
Haremos sumas y restas,
veremos cuántos se fueron
y cuantos se nos quedaron,
porque en esta hora negra
todos sufrimos la pena
de ver cómo se marchaba
un hermano o un amigo.
Cierra la puerta hijo mío
y no dejes que nos lleven,
pronto vendrá un nuevo día
que disipará las sombras,
y renacerá la vida
y renacerán las risas,
comenzará nueva historia
de luceros y cometas,
y las sombras y la muerte
nada podrán ese día,
y verás que la muralla
que levantaste en buena hora
frenó en seco los colmillos
de quien acechaba todo.
Y entonces sí hijo mío
que se abran todas las puertas,
que entre el viento del hiloche
el agua de nuestros ríos,
las truchas todas de Huasca
y la barbacoa de Actopan,
el huapango de Calnali
y el carnaval de la sierra,
porque a base de esperanza
ganaremos la batalla,
y otra vez en nuestras casas
cantaremos villancicos,
y volverán las piñatas
las posadas y los dulces,
y con el niño que nazca
renacerá nuestra vida,
y otra vez en el camino
a volar hasta la estrella,
que nos lleve con certeza
a la luz y la alegría.
Y entonces sí hijo mío,
abre ya todas las puertas,
porque habremos conseguido
vencer a la muerte misma,
y todos mano con mano
a reanudar nuestra marcha
y gritar con el salmista:
¿dónde está oh muerte tu victoria?
¿dónde está oh muerte tu aguijón?
Y otra vez las plazas llenas,
el niño que come helados
las calles con mucha gente
la vida siempre la vida.
Abre las puertas mi niño
que vencimos a la muerte
a golpes de fe de hierro,
espada de doble filo,
y graba con hierro rojo
que el camino de regreso
se escribe con sangre y fuego,
en que es mucho lo perdido
pero es mucho más lo ganado.
Abre las puertas mi niño
para que entre la esperanza
y a reanudar la marcha,
el sol otra vez arriba,
las sombras fueron vencidas.