12 de diciembre
Un pequeño grupo de personas caminaban delante de mí con dirección a la Villita, entre ellos tres pequeños de entre 3 y 7 años de edad, vestían ropa típica tradicional de la fecha.
Es 12 de diciembre y los pachuqueños lo saben, van a celebrar a la madre de todos los mexicanos con fe y alegría, llevan en sus manos imágenes de todos los tamaños que recibirán un poco de agua bendita en la Basílica Menor de Nuestra Señora de Guadalupe.
Cientos de católicos asisten a misa para adorar a la Virgen en su día, le llevan flores y dan gracias por lo recibido, algunos le piden por sus familias, o por ellos mismos.
La iglesia luce llena y los padres llevan a sus hijos vestidos del santo Juan Diego o pastorcitas, quienes no pierden oportunidad para tomarse la foto del recuerdo con la familia o los conocidos.
Afuera, las calles de la capital se cerraron para que los comerciantes pudieran vender sus productos; había buñuelos, dulces típicos, puestos de comidas, pan de burro y otros más que ofrecían la ropita para los pequeños que acudirían a la Villita.
Esta fiesta que comenzó desde la madrugada del día 12, con las tradicionales mañanitas y los cohetes durante todo el día, se convierte en una de las más importantes para los mexicanos; la celebración dura todo el día y en diferentes partes de Pachuca, la gente disfruta de la fiesta a la morenita del Tepeyac.