Chuayffet ¿somos o no somos?

HOMO POLITICUS

Digámoslo claro, la suspensión de la evaluación docente decretada con la verticalidad del poder, del poder de Emilio Chuayffet como Secretario de Educación Pública, obedeció a al momento climático del pasado proceso electoral para calmar las aguas del gremio de profesores. El evento de la suspensión, causó un mutis de Chuayffet quién desapareció de los medios y no se le encontraba ni en su casa; después, como acto de magia, apareció doctamente utilizando el diccionario diciendo: “suspender, del español de España, no significa terminar o finiquitar y mucho menos extinguir”, ja, ja, ja.

 

Semanas después, Emilio Chuayffet se presenta como el ángel de la guarda de la educación en México y sentencia “la evaluación docente se llevará a cabo llueve o truene”, le faltó decir y si hay un terremoto o maremoto, también; así que se chingan señores profesores.

 

Este caso es alegórico, porque hizo que se despertara y desataran diferentes fuerzas sociales desde intelectuales hasta obreros que pedían tácitamente, algunos, y otros abiertamente la cabeza de Emilio Chuayffet. Pero hombre, en México con un funcionario público pocas o casi nulas veces la sangre llega al rio y si llega, los reacomodan en otro puesto público y san se acabó; recordemos el caso fresquito de Lorenzo Córdova dueño el INE, quién insultó, se mofó, burló y evidenció su rechazo a los indígenas de México faltándoles el respeto, para después salir con la mamada de que la grabación telefónica había sido filtrada de manera indebida.

 

¡Qué mierda tan grande!, me refiero al excremento de los dinosaurios porque vi el estreno de “mundo jurásico”, que por cierto, es menos dañino que el relato que precede a esta exclamación y admiración, continuemos. Así la mierda, digo así las cosas, este episodio, porque lo es, es parte de una consabida telenovela entre el Estado y el gremio de maestros, cuestión que no habrá de concluir con esta “amenaza chuayffetiana”, que en realidad el gremio docente se la pasa por el arco del triunfo y ya encontró en el paro, la movilización, el amedrentamiento, entre otros, los mecanismos e instrumentos para agarrar de los cojones al gobierno.

 

Por ello, nadie haga mucho caso a los aspavientos del señor Emilio Chuayffet, no vale la pena considerarlos con seriedad, es sólo una nítida cortina de humo para que los ciudadanos crean que está trabajando.

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