
EFE.- El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, comenzó ayer una visita de dos días a China llamada a escenificar el buen momento de las relaciones entre ambos países y cuadrar estrategias en un momento de crecientes tensiones mutuas con EU.
Lavrov se reunió a última hora de la tarde con su homólogo chino, Wang Yi, en la ciudad meridional de Guilin, apenas dos días después de los rifirrafes entre Washington y Pekín durante su última reunión en Alaska y de que el presidente estadounidense, Joe Biden, llamara “asesino” a su homólogo ruso, Vladímir Putin, y le acusara de intervenir en las elecciones de EU de de noviembre.