• De cualquier forma si alguno de los diputados morenistas brinca, de que se verá mal, se verá mal
Tantas veces lo repitió en campaña y aun así, parece que a muchos se les está olvidando lo que tanto predicó el ahora presidente de la república Andrés Manuel López Obrador desde el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y es que en reiteradas ocasiones habló de aquellos chapulines “enfermos de poder” que no habían acabado con un encargo cuando ya estaban buscando candidatura para otro.
Y sin contar que este supuesto se consideraría por muchos, como una traición al pueblo que los “eligió” para cumplir con el encargo. Ya que varios morenistas de segunda (los fifís que se cambiaron a Morena cuando vieron que ya no había hueso en sus partidos, los trepadores e ignorantes, los ridículos que alardean el poder que tienen, los títeres del cacique de la UAEH, y otros), están que babean sólo de imaginar que pueden tener entre sus colmillos un huesito llamado alcaldía.
La verdad sería muy poco ético para la Cuarta Transformación que sus diputados sacaran la casta y abandonaran su curul para irse a buscar presidencias municipales en Hidalgo, pero no olvidemos que muchos de estos diputados que llegaron cobijados por Morena no saben leer, no saben legislar, no conocen el proceso legislativo, y sí saben plagiar, lo que significa que si han aguantado la vergüenza que provoca su ignorancia y ser títeres del señor de las cuentas congeladas, seguramente aguantarán las críticas por dejar la diputación para buscar ser presidentes municipales.
Si esto sucede, estimado lector, los diputados habrán quedado al descubierto, y esas pieles de ovejas caerán al piso para mostrar los chacales que hay debajo, chacales enfermos de poder, que se pavonean cuando les dicen “señor diputado”, los mismos flojonazos que se indignan cuando se les dice que son unos parásitos plagiadores, ya que a momentos han dado señales de la escoria antidemocrática que esconden bajo el disfraz de ser diputados morenistas.
Inolvidable resultan algunas de las frases de diputados como: Roxana Montealegre Salvador “¡Se aguantan!” alardeando la mayoría de Morena, pero sobre todo el tono de imposición hacia los diputados que son minoría, o el ridículo que hizo Jorge Mayorga Olvera cuando a “ojo de buen cubero”, dijo “hay quórum” sin seguir el protocolo correspondiente, o cuando Corina Martínez García reconoció que pocas veces sube al pleno, ya sin contar las ocurrencias de Baptista González y su Alzheimer que no le permite recordar lo que declara ante la prensa de una semana a otra.
Pues los días pasan, y entre más se acerque el inicio de periodo electoral, se verá como entre la hierba de la política, los chapulines comienzan a brincar, sin importar traicionar la confianza que la gente supuestamente les dio para que ocuparan una curul, o quizá este es el meollo del asunto, que están más que conscientes de que están ocupando ese asiento por el efecto obradorista más que por la voluntad del pueblo. De cualquier forma si alguno de los diputados morenistas brinca, de que se verá mal, se verá mal.
Mi abuela decía: pero la culpa no es del cerdo sino del que le da de comer, aunque estos están que ya ven la mazorca. Porque Morena tampoco ha hecho mucho por consolidarse como partido político en Hidalgo y la gente que tiene es obradorista pero nada más. Ya se ha visto que nada quieren saber del denominado Grupo Universidad, ni tampoco de esos políticos que AMLO mismo en su mitin de cierre de campaña en Pachuca calificó como: políticos ridículos, fantoches, extravagantes, prepotentes y demás, categoría en la que encajaría más de un chapulín, de esos expertos en brincar de puesto en puesto y de partido en partido, sin aludir a Canek Vázquez Góngora que luego es muy sentido y explota en redes sociales.