CFE: El dolor de cabeza inexplicable de cada bimestre

NÚMEROS CLAROS

Aunque las tarifas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) han bajado en este bimestre, respecto a las vigentes al inicio de este año, lo absurdo de los cobros indebidos ha permanecido invariable. Al inicio de 2016 la tarifa básica era de 0.809 pesos por kilowatt/hora (kWh), la intermedia de 0.976 pesos por kWh y la excedente de 2.859 pesos por kWh. Ahora, en el bimestre 4 de marzo al 4 de mayo que está cobrando la CFE, las tarifas son de 0.793 pesos el kWh en la tarifa básica, de 0.956 pesos por kWh en la intermedia y de 2.802 pesos por kWh en la excedentaria. Esta reducción ha sido de apenas  -0.016 en la tarifa básica de -0.02 en la intermedia y de -0.057 para la excedentaria.

 

 

Sin embargo, si comparamos las nuevas tarifas cobradas por la CFE con las vigentes en el bimestre del 6 de enero al 6 de marzo de 2013, al iniciar el sexenio actual, las cuales eran de 0.761 pesos el kWh para la básica, de 0.934 pesos el kWh para la intermedia y de 2.718 pesos el kWh para la excedentaria, vemos que la reducción aplicada aún sobrepasan esas tarifas, en 0.032 pesos el kWh en la básica, 0.022 pesos el kWh en la intermedia y 0.084 pesos el kWh en la excedentaria, respectivamente.

Pero quizá lo grave no sea el aumento o la reducción de las tarifas, sino los cobros inexplicables, irracionales e indebidos por parte de la CFE. Es cierto que el cambio de los medidores de engranes por lo electrónicos, al ser éstos más exactos en la medición de los flujos del fluido eléctrico, puede incidir en que muchos consumidores que pagaban poco con los antiguos medidores de engranes, cuyo movimiento estaba afectado por el polvo acumulado en su interior, ahora paguen más; sin embargo, al estudiar los cobros bimestrales de la CFE hay cosas inexplicables que escapan al análisis técnico y a la microeconomía.

No es la primera vez que hablo del tema en esta columna, lo he hecho en otras ocasiones y para ello, he estudiado el comportamiento del consumo de electricidad en una privada residencial de Pachuca compuesta por 24 casas y una caseta de policía. Los resultados son asombrosos e inexplicables, pues pese a que los miembros de las familias y las dimensiones de las casas siguen siendo los mismos los consumos varían, aún cuando en unas casa no vivan sus integrantes en ellas o se encuentren fuera debido a vacaciones.

En diciembre de 2015 en una de las 24 casas, propiedad de un funcionario del gobierno del Estado, la cual pasa todos los meses vacías, salvo excepciones, y cuyo consumo no sobrepasaba los 156 pesos, debió pagar 1,399 pesos, aún cuando la familia pasó sus vacaciones en Europa. Otra familia compuesta sólo por una pareja, a la cual la CFE le venía cobrando sumas exorbitantes que llegaron a superar los 1800 pesos en cada bimestre, y pese a recurrir a los extremos en el uso de la energía y sustituir todas las luminarias por Let, a sugerencia de la propia compañía y revisión de sus instalaciones, debió pagar 962 pesos, cunado en el los bimestres anteriores había pagado 622 y 674 pesos, y a pesar de que estuvo fuera de su casa por 20 días debido a las vacaciones de fin de año.

Por otro lado, familias formadas por sólo dos miembros muestran consumos contradictorios, pues mientras la familia que había monitoreado la propia CFE había tenido consumos bimestrales de 622 pesos, 674 pesos y 962 pesos, en este último bimestre deberá pagar 348; en comparación con otras dos familias de dos miembros que habían consumidos, la primera, 362, 335, 269 pesos y que ahora debe pagar 711 pesos; mientras que la segunda, que tenía consumos de 206, 355 y 291, ahora debe pagar solamente 273.

Estas variaciones son irracionales, si sus hábitos de consumos y los equipos electrodomésticos siguen siendo los mismos, tal como lo constatamos en la investigación. Por otro lado, si consideramos las casas que tienen planta baja y dos pisos, pero que además viven en ellas familias de 4 y 5 miembros en edad de ir a la escuela y universidad, vemos que en la primera de ellas tenía consumos por 438 pesos, 463 y 342, pero ahora debe pagar solamente 281 pesos; en comparación con la segunda que pagó en bimestres anteriores 213, 243 y 275 pesos, la cual debe pagar en este bimestre 269 pesos.

Mientras que la caseta de policía, donde sólo trabaja una persona diariamente, donde sólo hay un horno de microondas, en los bimestres anteriores se ha pagado las cantidades de 573 pesos, 551 pesos, 642 pesos y ahora debe pagar 503 peos. Es realmente asombroso como en una caseta compuesta por ventanas de vidrio por donde penetra la luz del exterior  y se apaga la luz interna durante la mitad de la noche, se puede llegar a consumir tanta energía eléctrica, como una solo persona puede consumir tanto ¿Cómo puede explicar este cobro la CFE? ¿Existe alguna explicación técnica y racional?.

Nos podemos preguntar ¿Qué se oculta detrás de esta irracionalidad? ¿qué está pasando realmente con los sistemas de medición y facturación de la CFE? ¿A caso quiere compensar las pedidas de electricidad cobrando a los ciudadanos por ellas? En un país como el nuestro, situado en la posición que en el ranking del Índice de Percepción sobre Corrupción en el Mundo de Transparencia Internacional, se ubica en la posición 105, todo es posible.

Cuando leemos de las protestas y rechazo a pagar los cobros indebidos por hogares y pequeños negocios, como cocinas económicas, cafés y sitios de internet, a lo largo y ancho de nuestro país, entendemos que se está creando un ambiente de protesta ciudadano y rechazo a la CFE, probablemente con el fin de facilitar el acceso de las empresas competidoras en el sector de la venta de energía, tal como ha pasado con la historia pasada y reciente de TELMEX.

La pregunta ahora es ¿Quién será el o los afortunados que se quedarán con la empresa y quienes, dentro del gobierno federal serán los beneficiados? ¿En realidad vale la pena vender a PEMEX y la CFE?, dejar esos dos instrumentos de regulación del mercado y de la economía?, para dejar al Estado y a los ciudadanos sólo como espectadores.

 

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