
En el marco del 2 de noviembre, Día de Muertos, cientos de creyentes de la “Niña Blanca” se dieron cita en la denominada “Catedral de la Santa Muerte” ubicada en el antiguo mercado Sonorita de la Capital Hidalguense para rendir culto a la Muerte y de paso también a Luzbel, con una serie de actividades, rituales y una procesión que se ha hecho tradición, entre los seguidores, en la capital hidalguense.
Como cada año, los creyentes de la Muerte, realizaron una procesión que incluyó decenas de imágenes que la representan, con las que recorrieron las principales calles de Pachuca para posteriormente regresar al recinto donde se realizaron diversos cultos y bendiciones de imágenes.
En entrevista para Diario Plaza Juárez, Oscar “El Perro” Pelcastre, señaló que la fe en la Niña Blanca crece así como el de Luzbel, y señaló que continúan los trabajos para el templo de tres pisos en el que se rendirá culto “al Compadre”.
Tras haber realizado la procesión, la caravana que lleva decenas de imágenes regresa a la catedral, ahí la imagen de la Niña Blanca es recibida con aplausos, porras y mariachis; así mismo tienen que cerrar las cortinas de la entrada debido a que el templo está abarrotado y sólo dan entrada a las imágenes.
En tanto los creyentes regresan de la procesión, algunos lo hacen de rodillas cargando imágenes del Diablo conocido como “Angelito Negro” y muchos más llegan con sus imágenes de la Santa Muerte, posteriormente a la ceremonia religiosa, se realiza la convivencia, afuera como feria de pueblo se venden diversos artículos alusivos a la celebración, bebidas alcohólicas y tabaco.
Posteriormente, en la noche, estaba programado un baile sonidero, y mientras cientos de personas se cuidaban de posibles contagios por Covid-19, algunos otros decidieron no usar ni cubreboca.