“No se puede tener miedo a la muerte cuando estamos protegidos por ella”, aseguran algunos de los fieles seguidores de la Santa Muerte. La “Niña Blanca” como le llaman sus creyentes, es visitada este año en plena contingencia sanitaria provocada por la Covid19, en un ambiente de fiesta, rezos y misticismo que se conjugan en la denominada “Catedral de la Santa Muerte”, ubicada en lo que en su momento fue el mercado “Sonorita” en la capital hidalguense.
Procedentes de Puebla, Tlaxcala, Estado de México y Ciudad de México, los creyentes llegaron al recinto donde se pueden contemplar decenas de representaciones de la muerte con rasgos humanoides, “venimos a dar gracias, por todo lo que hemos recibido” dice uno de los asistentes, quien carga con la imagen de la Niña Blanca en espera de ser bendecido con el agua que utilizan los “sacerdotes negros”.
Al interior del inmueble que alberga la conocida “Catedral de la Santa Muerte”, se puede escuchar la música de banda que no se detiene a menos que algunos de los organizadores del evento “místico-religioso” tomen la palabra y ocupen el micrófono. En tanto las limpias y “bendiciones” de imágenes de la Muerte se hacen con cerveza y flores. A un costado Oscar “El Perro” Pelcastre y conocido como “el obispo negro” atiende a una mujer que presuntamente estaba poseída: se encierran en un círculo de fuego y la liberación se ha hecho.
