LAGUNA DE VOCES
• A usted como a mí dejó de atraernos el ejercicio de la política como tema recurrente…
Antes que termine el año, pasada de manera vertiginosa la festividad de la Nochebuena y Navidad, parece preciso en estos días de frío en que el cielo se ve más estrellado, hacer un trabajo de nostalgia inmediata para revisar lo que ganamos y perdimos en el 2019 que está por terminar. “Cuánto gané, cuánto perdí”, dice la canción del Milanés, y en muchos sentidos eso nos lleva al balance de la existencia con la esperanza de obtener un resultado favorable.
A usted como a mí dejó de atraernos el ejercicio de la política como tema recurrente, porque finalmente descubrimos que no ha sido la solución a la gigantesca problemática que padecen los habitantes del país en materia de seguridad y economía. Por supuesto nos negamos a creer todas las versiones reales o inventadas que hablan de un rotundo fracaso de la Presidencia del cambio, pero a rato también tenemos dudas que de inmediato nos llevan a la certeza de que si esto no funciona, luego entonces todo lo idealizado puede irse al bote de la basura.
Guardamos con celo la esperanza de que apenas empiece el 2020 las cosas empiecen a enderezarse, y las campañas que hablan de fracasos absolutos caigan por su propio peso. Tanto esperamos que se diera una verdadera alternancia en el poder federal, que como principio de lealtad a los sueños, nos negamos a creer el negro panorama que se han dado en difundir.
Esa actitud de necesario optimismo choca, sin embargo, con las realidades que se viven en los diferentes Estados de la República, donde el movimiento generado por el hoy Presidente de la República, entregó a mafias de caciques el control de su partido político sin que a la fecha se entienda qué es lo que le dieron en tiempos de campaña para “dejar hacer, dejar pasar” el cúmulo de acciones tipo pandilla que estos sujetos realizan cotidianamente.
No se entiende que haya decidido aliarse con grupúsculos que, al menos en el caso de nuestra entidad, han utilizado a una institución de educación pública superior como trinchera para buscar el asalto al poder.
Eso pasa aquí y en muchas entidades de la República Mexicana, y por supuesto el Jefe de la Nación deberá deslindar responsabilidades de una vez por todas, en el entendido que ni son sus consentidos, ni tampoco lo tienen contra la pared por supuestamente haberle hecho contribuciones millonarias para su campaña. En todo caso ya les pagó con diputaciones locales, federales y Senadurías.
A todos nos atormenta esa aparente actitud timorata para decidir de una vez por todas si avala las acciones del Grupo Universidad en Hidalgo, o también de una vez por todas los pone en su lugar.
La transformación de un país parte del uso del poder para evitar que advenedizos y en lo mínimo identificados con su política, se manejen incluso en su contra de manera pública, pero por otro lado utilicen la calidad moral del movimiento Lópezobradorista para intentar cubrir sus carencias en esa materia.
En fin.
El cierre del 2019 está marcado precisamente por esa zozobra ante lo que puede o no suceder en el año que se asoma a la vuelta de la esquina.
No son pocos los que de plano han decidido que el ejercicio de la política camina por rumbos no solo desconocidos sino absurdos. Todos aquellos que a lo largo de su existencia comulgaron con el proyecto del hoy Jefe de a Nación, no atinan a entender que en Hidalgo se haya aliado con caciques que han manejado a su antojo una Universidad como la del Estado, y que hasta este mes de diciembre les haya solapado todo.
Las artimañas puestas en escena para atrasar hasta donde sea necesario la aprobación de la Ley de Egresos del año próximo, no son sino el reflejo de cómo se conduce un grupo de poder que hará lo que sea con tal de mantenerse vigente y activo para los comicios municipales de 2020.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta