Carmen Aristegui, enfrentada al poder

NÚMEROS CLAROS

En los últimos años en México la izquierda se ha diluido ante las tentaciones del poder y la comodidad de los partidos de vivir del presupuesto público. Así, Carmen Aristegui se convirtió en la voz critica del poder más radical, arrastrando tras de si a millones de ciudadanos a través de la radio. A falta de alternativas  para hacerse escuchar, los ciudadanos encontraron en Carmen Aristegui la expresión de sus ideas y de sus críticas al abuso del poder y la corrupción en el gobierno. Este arraigo de Aristegui entre la población ha provocado también la envidia entre reporteros, conductores y entrevistadores de los medios.

 

            Pero Aristegui se ha convertido en más que una conductora en MVS Noticias en estos años, porque detrás de sus análisis y opiniones, ha expresado su posición critica sobre la conducción de un país, al cual todos tratan de saquear y donde la llegada a los puestos de elección popular se ha convertido en el mejor medio para enriquecerse, no para servir a los ciudadanos y atender sus necesidades. Las posiciones asumidas por Carmen Aristegui nos ha llevado a muchos de sus radioescuchas a preguntarnos más de una vez ¿Cuándo nos despertaremos con la noticia de que Aristegui sufrió un accidente, que se resbaló en su bañera o que sufrió una depresión y decidió cortarse las venas con “una hoja de papel”?

            Ahora nos enteramos de manera oficial que Carmen Aristegui ha concluido su relación con la familia Vargas, propietaria de MVS Radio, desde donde cada mañana dirigía el programa “MVS Noticias” y desde el cual millones de mexicanos nos hemos enterado de los abusos del poder y de la corrupción que impera en nuestro país.

MVS Radio, ha puesto fin a la relación laboral con Aristegui, explicando que no había aceptado el ultimátum de Carmen Aristegui, quien exigía la reinstalación de sus colaboradores Daniel Lizárraga e Irving Huerta, acusados de haber provocado un escándalo que había afectado la estabilidad del gobierno, de su economía y del país, cuando dieron a conocer las compras millonarias de residencias de la primera dama, del Presidente y del Secretario de Hacienda. Aunque la explicación de MVS fue que ellos habían comprometido el nombre de la empresa, sin contar con su consentimiento.

Oficialmente MVS dijo que lamentaba la posición de Carmen Aristegui, “pero como empresa no podemos aceptar condicionamientos de nuestros colaboradores. El diálogo, no se atiende imponiendo condiciones, sino escuchando a las partes y tratando de alcanzar acuerdos. Las actitudes individualistas no tienen cabida en nuestro proyecto”, precisó el comunicado.

No conoceremos nunca la realidad de lo que se esconde en la intimidad de las oficinas del gobierno y las de la empresa MVS, pero atentado o no contra la libertad de expresión, callar las voces criticas al gobierno, eliminar físicamente a sus oponentes o exiliarlos, no va a contribuir a hacer de México un mejor país, sino a seguir profundizando la desigualdad, la pobreza y a polarizar más a la sociedad mexicana, arrinconando a todos aquellos que durante años no han tenido beneficios de la modernización del país, que no sean otros que las dádivas de oportunidades, progresa o solidaridad, a asumir posiciones radicales en contra del gobierno y sus instituciones, en las cuales no ve representados sus intereses.

Con el caso de Aristegui, se sigue poniendo en evidencia la existencia de dos Méxicos, aquel de Wall Street, el de los equilibrios macroeconómicos, el del palacio de Buckingham y la cena del presidente Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera con la reina de Inglaterra, de los vestidos maravillosos y del glamour de la primera dama de México; y el otro, el de los más de 53 millones de pobres, el de los más de 35 millones de mexicanos desempleados y viviendo de la economía informal o enrolados en el crimen organizado para sobrevivir; el México de los pies descalzos en pleno Siglo XXI, el de hombres y mujeres ciegos por la falta de agua y la pobreza en las sierras del país, el de los que se mueren de frío y de hambre en el anonimato, porque ningún medio dio cuenta de las causas de su muerte, el de los millones de emigrados a los Estados Unidos por falta de condiciones para vivir en nuestro país, el México que en 1910 parió la primer revolución del Siglo XX y del cual podría surgir revueltas sociales incontrolables si no se le escucha.

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