Consejo Europeo
- La última cumbre europea del año tendrá como grandes temas el referéndum sobre la salida de Reino Unido de la UE y la crisis de fronteras y refugiados
Reino Unido quiere, entre otras cosas, que el acceso a prestaciones de los inmigrantes se pare durante los cuatro primeros años. Quiere seguir fuera de muchos de los acuerdos básicos de interior y asilo. Y cambios en la libre circulación, algo del todo inaceptable para la UE y la mayoría de las capitales.
Bruselas.- El primer ministro británico, David Cameron, llegó ayer a Bruselas fresco, preparado y dispuesto a “batallar duro por Reino Unido durante la noche”. El líder ‘tory’ se muestra confiado y optimista y cree que Londres “conseguirá un buen acuerdo” sobre las cuestiones claves que necesita para hacer campaña a favor de la permanencia en el futuro referéndum sobre la salida del país de la UE.
Se aseguraba que la noche de ayer no habría acuerdo. Las negociaciones no están en ese punto todavía, queda mucho que recorrer. El Consejo Europeo importante, el que será clave, es el del próximo febrero. Las dos partes están de acuerdo en ello y en los pasos a seguir. No hay decepciones ni malentendidos. La noche de ayer era de calentamiento, cuando Cameron querrá meter presión, defender enérgicamente sus argumentos ante los 27 socios y tratar de lograr apoyos. Los mismos pasos que ha seguido de forma privada, en bilateral, con buena parte de los países.
La Cumbre de ayer en Bruselas era la última de un larguísimo año. Los líderes llegan cansados y desgastados. La negociación británica, aunque vital, no es la primera de sus prioridades.
El embajador británico ante la UE lleva desde septiembre reuniéndose de forma regular y discreta con altos cargos del Consejo Europeo y de la Comisión Europea para tratar las cuatro grandes cuestiones que preocupan a Cameron: soberanía, gobernanza económica, competitividad de la UE y emigración y Estado de bienestar.