- Se observan largas filas en bancos, aglomeraciones en mercados, y a algunas personas que ni cubrebocas usan
El tema de la contingencia sanitaria en la capital hidalguense ha generado diversidad de opiniones y forma de actuar de la población durante la semana en la que se regresó, por segunda vez, a color rojo en el semáforo epidemiológico, que advierte del riesgo y de las actividades que se deben realizar para evitar los contagios y transitar hacia la nueva normalidad.
Entre los comerciantes que expresaron su preocupación y angustia ante la posibilidad de ver cerrados sus negocios, las iglesias que se mantuvieron abiertas, los centros comerciales que hicieron obligatorio el uso de cubrebocas, y el transporte público que relajó sus medidas, estuvo el transitar de esta semana, al menos en la Bella Airosa.
Las personas, desde el pasado lunes, comenzaron a abarrotar lugares como los mercados municipales, el Primero de Mayo y otros; de igual forma, fue notoria la presencia de mayor número de personas en parques y plazas públicas, e incluso la falta de coordinación en algunos establecimientos de comida, donde no se respetó la sana distancia entre mesa y mesa, se pudo observar en lo que va de la semana.
Por su parte, cocinas económicas ubicadas en distintos puntos de Pachuca, permitieron la entrada a clientes y retiraron sus anuncios de “sólo para llevar”; en algunos establecimientos no se bajó la guardia, y en otros de comida callejera en avenidas principales, como la de El Palmar, era obligatorio el uso de gel antibacterial al momento de recibir los pedidos.
El argumento, sobre todo de los comerciantes, es que ya no pueden aguantar más, y de seguir cerrados sus locales podrían estar condenados a la quiebra, con lo que aseguraron no sólo se quedarían sin sustento sino que dejarían sin empleo a los trabajadores que laboran con ellos; de igual forma, se pueden ver en las calles a los artesanos quienes sin ferias y exhibiciones, ni muestras, se quedaron sin los lugares donde solían ofertar sus productos.
Otro asunto es el del transporte público en rutas como la Guadalupe, o la Saucillo, en donde hasta pasajeros de pie llevan en horas pico, y no se emite la recomendación al usuario de usar cubrebocas a pesar de que algunas unidades cuentan con letreros que señalan “obligatorio el uso de cubrebocas”; hay unidades que no los tienen y tampoco le comentan a la población.
Así también, los asientos restringidos dentro del Tuzobús, en ciertas horas del día, son ocupados como en cualquier otra ocasión, como si la contingencia sanitaria ya no estuviera activa o como si nunca hubiera existido.
Finalmente, cabe destacar que a pesar de las cifras de muertos en la capital hidalguense, de los contagios y de las medidas implementadas por el gobierno, aún hay gente que declara no creer que exista el coronavirus causante del covid-19.