Nueva Delhi.- Los segundos pasaban y la puerta del domicilio, que debía articular el guardia, tardaba en abrirse. Fueron sólo segundos, quizá minutos, pero para Muhammad Nisham resultó ser una eternidad. Fruto de una impaciencia desbocada, el millonario indio pisó el acelerador y estrelló su coche contra el empleado, que quedó entre el vehículo y la pared. No le embistió con su Jaguar, ni con su Aston Martin, ni con su Bentley, sino con su Hummer, la mole más pesada de su garaje.
La escena no acabó ahí. Nisham se bajó y siguió agrediendo al malherido guardia al grito de “este perro no va a morir”. La víctima, Chandrabose, falleció pocas semanas más tarde en el hospital.
Ahora, el magnate del sur de India, de 39 años, ha sido condenado por un tribunal de Kerala a cadena perpetua por este asesinato cometido hace un año en la ciudad de Thrissur. Le han caído además 24 años por otros delitos. También deberá pagar una multa de 8 millones de rupias (110.000 euros), la mitad irá para la familia del guardia de seguridad.
La mujer del fallecido, Jamanthi, no se mostró satisfecha con la sentencia ya que la familia exigía la pena capital. Anunció que apelará a tribunales superiores para conseguir la máxima pena.