Buenos Aires prohíbe cualquier tipo de prostíbulo

Intentan poner fin a trucos de empresarios mañosos

●    Disfrazaban sus prostíbulos como whiskerías

Los delitos contra las mujeres tienen en jaque a la sociedad argentina. Los crímenes sexuales y los episodios de violencia machista son tema de la cotidianeidad en periódicos y canales de televisión.
Buena parte de la comunidad relaciona estos crímenes con la prostitución que se ejerce en algunos locales y departamentos privados. La actividad por cuenta ajena, esto es con un proxeneta, está prohibida en la Ciudad de Buenos Aires por la ley de trata y los convenios que han firmado 193 países en la Organización de Naciones Unidas.
Los prostíbulos, además, están prohibidos por la ley de profilaxis, sancionada en 1936. Sin embargo, y como se dice en Argentina, “hecha la ley, hecha la trampa”.
Muchos empresarios de la noche utilizaron un ardid que funcionó: registrar los locales como whiskerías y contratar a coperas o bailarinas que, en realidad, ofrecen servicios sexuales en ese lugar o en un motel.
El resto del plan es el mismo del que se valen todas las actividades ilegales en el país: comprar el silencio de la policía. En ese contexto, los legisladores porteños Gustavo Vera (Bien Común), Carmen Polledo (Vicepresidenta primero PRO) y Omar Abboud (PRO) presentaron un proyecto para dar fin a las habilitaciones que encubren los prostíbulos en la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa fue aprobada el jueves en la Legislatura, con 41 votos a favor sobre un total de 60.

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