Brexit agrava batalla interna en el gabinete de May

    •    En el seno del propio Gobierno británico se dirime una batalla entre el sector pragmático y el que exige la inmediata salida de Europa a cualquier precio


“Conducir un tren es tan fácil que hasta puede hacerlo una mujer”, dijo. Hammond negó el pasado domingo ese relato de sus enemigos en una entrevista, y aseguró ser objeto de una campaña “generada por aquellos que no están contentos” con la agenda que intenta promover “para proteger la economía británica y los empleos, y asegurar un incremento sostenido del nivel de vida”
Al margen de los pasillos de Bruselas, otra batalla sobre el Brexit se dirime en el seno del propio Gobierno británico con el aireado pulso entre el sector pragmático y el que exige la inmediata salida de Europa a cualquier precio.
Theresa May se ha visto forzada a llamar al orden a los ministros del gabinete que encabeza para atajar las filtraciones interesadas de los últimos días, que han confirmado la división en torno a la forma de encarar el divorcio con la UE y han empañado la voluntad negociadora expresada ayer por David Davies ante su reunión con el negociador de la UE, Michel Barnier.
“Por supuesto, el gabinete debe ser capaz de mantener en privado las conversaciones sobre la política del Gobierno y la primera ministra se lo recordará a sus compañeros en la reunión de gabinete de mañana”, aclaró ayer un portavoz de Downing Street.
El responsable británico de la cartera de Economía, Philip Hammond, “intenta frustrar el Brexit” con su defensa de un pacto transitorio sobre el mercado único que podría retrasar el acuerdo de retirada de la Unión, sostenía el Daily Telegraph  y bajo condición de anonimato una fuente del gabinete el domingo. Hammond, partidario de la permanencia en la UE y erigido en defensor de una línea blanda que proteja los intereses comerciales y financieros británicos en el proceso de desengarce, se ha convertido en la bestia negra de sus colegas más intransigentes.
A lo largo de la última semana, la prensa ha informado sobre la actitud de desprecio mostrada durante las reuniones por el ministro ante la reivindicación de los funcionarios públicos a favor de un aumento salarial, o incluso sobre el sexismo que rezumaban sus comentarios.

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