El primer día del Gobierno del presidente interino de Brasil, Michel Temer, comenzó ayer poniendo el foco en la nueva política económica, justamente la que más desgaste le produjo a su antecesora Dilma Rousseff. El nuevo ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, el más celebrado del nuevo equipo, dijo que cortará gastos y privilegios que no sean necesarios, refiriéndose a los subsidios empresariales dados por el Gobierno anterior.
Meirelles, que fue uno de los nombres más importantes en la economía de los años Lula, declaró que tiene prisa en tomar las medidas necesarias para sacar al país de la recesión en que se encuentra y corregir el déficit fiscal, pero que primero necesita ver cómo están las cuentas.